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Rafael Herrera Gerente de la Compañía de Financiamiento

Tarjetas de Crédito

Tras los consumidores regionales

La compañía de financiamiento Ripley avanza en el negocio de las tarjetas de crédito con 200.000 plásticos colocados en dos años. Fue el mayor emisor de tarjetas marca Visa en el país en 2014.

24 de abril de 2015

Ni la desaceleración de la economía, ni la mayor inflación, ni mucho menos el dólar caro han desincentivado el consumo de los colombianos con tarjetas de crédito. Al menos eso es lo que muestran las cifras de la Superintendencia Financiera, según la cual, en enero se hicieron compras en el país con estos plásticos por $2,4 billones, 10% más que un año atrás. En el exterior, las compras sumaron $533.847 millones, lo que también implica un alza de 10% anual.

Este espíritu consumista de los tenedores de las 12,6 millones de tarjetas de crédito vigentes hoy en el país, está siendo aprovechado por empresas como la compañía de financiamiento Ripley, que forma parte de la cadena de almacenes del mismo nombre, la cual en dos años de operaciones ya alcanzó casi la mitad de la meta de plásticos que tenía previsto colocar en diez años.

Rafael Herrera Areiza, gerente de la compañía de financiamiento, explica que cuando comenzaron aspiraban tener 500.000 tarjetas en 10 años, pero en 24 meses ya completaron 200.000, que además le sirvieron para convertirse en la entidad financiera que colocó más tarjetas Visa en Colombia durante 2014.

A diferencia de otras multinacionales que entran al país por Bogotá, la chilena Ripley comenzó en Bucaramanga y esto le sirvió para desarrollar su negocio financiero en las ciudades intermedias, en donde muchos de los consumidores antes no habían tenido acceso al dinero plástico.

Ripley hoy opera en Bogotá, Bucaramanga, Nieva, Villavicencio y Medellín y aunque 45% de sus tarjetahabientes están en Bogotá (pues tiene dos almacenes en centros comerciales de gran flujo de visitantes, como son Centro Mayor y Calima), las otras ciudades muestran una dinámica mucho más rápida en el uso de la tarjeta, en particular Neiva.

El año pasado las colocaciones con la tarjeta de Ripley alcanzaron $200.000 millones y la meta de este año es llegar a $350.000 millones. Herrera Areiza dice estar confiando en que pueden lograr el objetivo pese a que las expectativas indican que este año la economía se va a desacelerar. Su optimismo se basa precisamente en el crecimiento que está mostrando el consumo en las ciudades intermedias.

Sus clientes realizan en promedio tres transacciones mensuales y 15% se estrenan con Ripley en el mundo de las tarjetas de crédito. El gasto promedio es de $350.000 y los plazos de pago están entre 8 y 9 meses.

La calidad de su cartera, entendida como el porcentaje que está vencida sobre el total, estaba en diciembre pasado en 6,8%, frente a 8,8% de Tuya (que es la compañía de financiamiento que emite las tarjetas del Éxito) y el 4,2% de Falabella.

Frente a la fallida experiencia de su paisana La Polar en el país, que tuvo que cerrar sus almacenes tras un escándalo en Chile y que no alcanzó a emitir 140.000 tarjetas en 5 años, Herrera Areiza dice que su ventaja es que antes de entrar a Colombia ya habían tenido una experiencia internacional en Perú y además tienen políticas estrictas de colocación de tarjetas. Están más concentrados en empleados y pensionados que en los independientes y prueba de ellos es que de las 300.000 solicitudes que recibieron el año pasado, solo aprobaron 100.000.