Las tensiones políticas y económicas que mantienen en vilo al mundo

El mundo es cada vez más difícil de entender, esa es una de las conclusiones que resultan luego de analizar el complejo contexto político y socioeconómico del mundo moderno.

La caída del petróleo afectó las economías de una forma que no hubiésemos imaginado. El contexto del Lejano Oriente tampoco es fácil de entender debido a cambios geopolíticos en la región.

Una de las paradojas es China pues ahora se muestra como el gran defensor de la globalización y construir una nueva ruta de seda es su prioridad.

Mientras que para su vecino, Japón, el desarrollo de tecnología es una cuestión de supervivencia. Y en el Pacífico la paz tiende de un hilo y las tensiones hasta hora comienzan.

Por un lado vemos que las potencias occidentales empiezan a construir muros físicos mientras otros gobiernos le ponen barreras al comercio y debaten con respecto al concepto de globalización.

El populismo, el Brexit, la figura del presidente estadounidense Donald Trump y los partidos nacionalistas en países como Grecia, son algunos de los factores que retan a la sociedad y nos hacen recordar lo que ocurría en los años 30.

Hay hechos particulares que han sorprendido a los mercados, como por ejemplo que Estados Unidos haya sacudido el negocio del petróleo y se haya convertido en uno de los tres mayores productores del mundo.

Una de las conclusiones que arroja este panorama es que las viejas alianzas ya no tienen sentido. El mundo se reescribe constantemente y ahora avanza a un ritmo acelerado gracias a tecnologías revolucionarias como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial y la robótica.

Así como la transición del carbón al petróleo creó la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los carros eléctricos y robots del futuro no necesitarán del crudo sino energía eléctrica.

De hecho, la transición del petróleo al gas está creando un polvorín en el medio ambiente, cuyo foco ahora está en Siria, una nación que está prácticamente destruida por el conflicto.

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A esto se suman las olas de inmigración que están llegando día a día a países europeos, desafiando sus economías a integrar a nuevas comunidades y aprovechar su potencial.

Mientras los conflictos potenciales definirán las nuevas fronteras de influencia geopolítica, las fronteras del internet parecen estar siendo definidas y controladas por gigantes como Amazon, Facebook, Google, Apple y Alibaba.

En este mundo globalizado y sin privacidad Blockchain se convierte en la infraestructura tecnológica de una ciudad cibersegura.

De otra parte, se ve que las burbujas financieras en Estados Unidos están por doquier y cuando se desinflen seguramente viviremos un cambio estructural impulsado por el ocaso de los baby boomers y el surgimiento de los millennials.

Tanta incertidumbre genera miedo pero es importante recordar que en los grandes momentos de turbulencia aparecen las grandes oportunidades. Se ha preguntado ¿cuál es la gran oportunidad en Iberoamérica en esta transición?