“Colombia perdió una década de lucha contra la pobreza por el coronavirus”: Banco Mundial | Foto: Banco Mundial

POBREZA

“Colombia perdió una década de lucha contra la pobreza por el coronavirus”: Banco Mundial

Ulrich Zachau, director del Banco Mundial para Colombia y Venezuela, habló con Dinero sobre la situación económica del país para este y los próximos años.

10 de marzo de 2021

El director del Banco Mundial para Colombia y Venezuela, Ulrich Zachau, habló con Dinero sobre el efecto de la pandemia del coronavirus en la economía del país y las proyecciones para los próximos años.

Dijo que la recuperación económica dependerá del proceso de vacunación del país, así como del ajuste fiscal que se logre hacer para estabilizar la economía.

También resaltó el impacto que tuvo la covid-19 en distintos grupos sociales en específico, así como las ayudas que brindó la entidad multilateral a Colombia y Latinoamérica para sortear la crisis.

Dinero: ¿Cómo vio el comportamiento de la economía colombiana en 2020?

Ulrich Zachau: La pandemia de la covid-19 causó un choque muy fuerte a la economía colombiana. Se estima que el choque va a revertir alrededor de una década de ganancias en reducción de pobreza en Colombia, sumiendo a alrededor de 3,3 millones de personas en pobreza en 2020.

Sin embargo, con una contracción de 6,8 % en 2020, la economía reaccionó mejor de lo que esperábamos, en un contexto en donde se estima que la economía mundial se habría contraído en 4,3 %, y América Latina y el Caribe en 6,9 %.

La demanda agregada doméstica reaccionó fuertemente a los cierres de la economía y a otras medidas para la contención de la difusión del virus, así como al gradual levantamiento de dichas medidas. La producción reaccionó de manera más suave: sufrió por la caída de la demanda externa, sobre todo la de petróleo, pero sectores como comercio y manufactura demostraron un buen dinamismo. Por ejemplo, el sector manufacturero está ahora casi a niveles prepandemia.

Los mercados financieros y cambiario se han estabilizado luego de la fuerte reacción al inicio de la pandemia, ocasionada por la alta incertidumbre. Esta estabilidad ha sido favorecida, en parte, por las políticas expansivas adoptadas en Colombia y en el resto del mundo

D: ¿Cuáles son las proyecciones del Banco Mundial para la economía colombiana en 2021?

UZ: Para 2021, proyectamos un crecimiento del 5 %. Eso se debe a que las medidas restrictivas adoptadas en enero para contener la segunda ola de la covid-19 han frenado la recuperación de algunos sectores, sobre todo del comercio. Esto se verá reflejado en la actividad económica del primer trimestre, y desde ya se observa en datos como visitas a centros comerciales, y consumo de electricidad.

Para el resto del año, estamos proyectando que la actividad económica crezca a una tasa intertrimestral del 0,3 % cada trimestre. Esta proyección se basa en dos supuestos: por un lado, que la demanda externa, sobre todo de petróleo, siga estancada.

Por otro lado, que la campaña de vacunación avance según lo planeado, y que el gobierno pueda implementar un plan creíble y sólido de normalización fiscal para el mediano plazo. Creemos que estos dos factores le darían confianza a la economía y, en consecuencia, respaldarían la recuperación del consumo y de la inversión.

D: ¿Cree que el país logrará recuperar este año la productividad perdida en 2020?

UZ: Si la campaña de vacunación sigue según lo planeado en Colombia y en el resto del mundo, y si el Gobierno logra implementar un plan creíble y fuerte de normalización fiscal para el mediano plazo, creemos que la economía podría seguir creciendo en el 2022 y llegar a niveles del 2019 a mediados del 2022.

D: ¿Qué efectos duraderos va a dejar la pandemia del coronavirus en la economía colombiana, sobre todo en temas de pobreza e inequidad?

UZ: La crisis está exacerbando brechas entre grupos. Mientras que el 27 % de las mujeres perdió sus empleos al inicio de la pandemia, esto fue solo el 18 % para los hombres. Las mujeres también sufrieron una caída más pronunciada de sus ingresos laborales, y la recuperación que se ha visto hacia final del 2020 no ha cerrado esas brechas.

De la misma forma, la crisis podría haber ampliado brechas entre grupos que ya estaban en desventaja precrisis en el mercado laboral o en acceso a servicios de salud y educación de calidad, como las poblaciones indígenas y los migrantes venezolanos.

Más allá de los impactos a corto plazo, la pandemia puede tener impactos que perduren y que amplíen las inequidades entre grupos que ya existían. Primero, puede erosionar los activos de los individuos y los hogares: su capital humano, sus activos financieros, entre otros. En efecto, la evidencia para Colombia indica que la pandemia ha aumentado la inseguridad alimentaria.

Asimismo, dadas las interrupciones en aprendizaje, se estima que la pandemia podría aumentar la tasa de “pobreza de aprendizaje” (niños y niñas que no puede leer y entender un texto básico), que ya era una tasa alta en prepandemia (53 %), con efectos más severos para aquellos más pobres y en zonas rurales.

La evidencia también indica que un tercio de las personas entrevistadas en una encuesta en agosto del año pasado habían utilizado ahorros para comprar alimentos u otros gastos y cerca de dos tercios había visto sus deudas aumentar. Y segundo, puede dificultar la entrada o reingreso al mercado laboral, sobre todo de algunos grupos como jóvenes y mujeres, afectando sus prospectos de empleo e ingresos laborales a largo plazo.

Evidencia internacional de crisis anteriores muestra estos efectos persistentes en el tiempo para estos grupos y, sobre todo en esta crisis que ya ha afectado a las mujeres de manera desproporcionada en Colombia, los efectos en ampliar brechas de géneros pueden ser duraderos.

D: ¿Qué debe hacer Colombia para recuperar su economía y combatir los daños sociales causados por el coronavirus?

UZ: Para que Colombia recupere su economía creemos que, por un lado, será necesario que la política fiscal siga sosteniendo la actividad económica y la inversión. En este sentido, creemos que el plan de reactivación podrá dar el soporte necesario para la recuperación.

Por otro lado, es muy importante poder mantener la confianza de los agentes económicos en el futuro. Para eso, creemos que la presentación e implementación de un plan creíble y fuerte de normalización fiscal ayudará mucho.

A mediano plazo, una reactivación robusta y sostenible se basa en aumentar la productividad de la economía. El bajo crecimiento de la productividad en las últimas décadas se debe a un entorno regulatorio complicado, una competencia de mercado débil, un acceso limitado al financiamiento para las empresas más pequeñas con potencial de crecimiento, y una baja propensión a innovar.

Esto afecta la productividad de las empresas colombianas y su capacidad para generar buenos empleos y competir en los mercados internacionales. Las exportaciones de bienes se concentran en materias primas y apenas el 2 % corresponde a manufactura de alto contenido tecnológico. El Banco Mundial está apoyando la Misión de Empleo y la Misión de Internacionalización del gobierno para respaldar una recuperación sólida y equitativa de la crisis actual.

Informalidad. Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Informalidad. Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Para combatir los daños sociales causados por la covid-19 creemos que será necesario continuar protegiendo en el corto plazo a los individuos y hogares más afectados a través de transferencias sociales, cimentando también resiliencia para choques futuros. Esto se puede lograr a través de programas sociales adaptativos que estén listos para responder a choques, basados en un registro social sólido y vigente.

Además, ayudaría aumentar la capacidad retributiva del Gobierno, tal que se pueda aumentar el rol redistributivo del sistema fiscal y ampliar programas e intervenciones dirigidas a cerrar brechas entre grupos.

En fin, para promover una recuperación inclusiva, ayudaría reducir las barreras estructurales que han excluido a ciertos grupos, como mujeres y aquellos de menores ingresos y nivel educativo (por ejemplo, acceso limitado a cuidado para niños y niñas, para que las madres puedan participar en el mercado laboral).

D: ¿Cuánto desembolso el Banco Mundial a Colombia en 2020 y para qué proyectos o usos?

UZ: El BM desembolsó cerca de US$1.500 millones durante todo el año calendario 2020. De esos, uno de los desembolsos más relevantes fue el de US$700 millones que recibió Colombia para fortalecer su respuesta ante la emergencia por covid-19. También hay un desembolso de US$400 millones para fomentar el desarrollo territorial del país y otro por US$250 millones para apoyar la lucha de Colombia contra el coronavirus.

D: ¿Cuánto espera el Banco Mundial desembolsarle a Colombia en 2021?

UZ: Los desembolsos esperados para 2021 van a estar por el orden de los registrados para 2020.

D: ¿Cómo ayudó el Banco Mundial a Latinoamérica para luchar contra el coronavirus?

UZ: El Banco Mundial está apoyando los esfuerzos de América Latina y el Caribe para responder a los impactos causados por la covid-19, a través de distintas operaciones y la reorientación de fondos de proyectos existentes. En Colombia, en junio de 2020 se aprobó un préstamo por US$700 millones para apoyar la respuesta de Colombia ante la pandemia por covid-19. En septiembre de 2020, también se aprobó un préstamo de US$500 millones para sostener acceso a servicios de infraestructura crítica para empresas y hogares y establecer las bases políticas para la recuperación a través de una infraestructura sostenible y resiliente.

Adicionalmente, hemos apoyado al Gobierno en el desarrollo de un tablero dinámico y protocolos de bioseguridad que permitan reactivar la economía de manera segura. En educación estamos ayudando al gobierno nacional y algunos gobiernos locales a gestionar esta crisis, ayudando a entender las necesidades de las instituciones educativas y las familias con recolección de datos, y apoyando a un modelo de gestión flexible que permita una respuesta eficaz a esta crisis. También estamos apoyando la evaluación de los Programas de Alimentación Escolar (PAE), que fueron adaptados en el marco de la pandemia, incluyendo el PAE “Para Aprendizaje en Casa” y el PAE para comunidades indígena, Modelo de Alimentación Escolar Indígena Propio (MAIP). El objetivo es ayudar a mejorar la equidad y la eficacia del programa.