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ANÁLISIS

La producción actual de cacao en Colombia no es para enorgullecerse

En los últimos 4 años Ecuador y Perú han aumentado su producción de manera sostenida. En el 2015, Ecuador logró superar las 223.000 toneladas (según reporte de Anecacao) y Perú 92.000 toneladas (según Min Agricultura). Mientras que Fedecacao reporta un incremento de 2.000 toneladas en el 2016 para un total de 56.785 toneladas.

8 de marzo de 2017

Algunos medios de comunicación han titulado que es un alcance histórico para el país haber pasado de 54.798 a 56.785 toneladas de producción de cacao en un año (2015- 2016). En realidad, esta cifra dista mucho de ser un logro si se analiza detalladamente el sector, las inversiones inmensas que han hecho entidades del Gobierno Nacional, Regional y el sector privado durante los últimos 4 años requieren ser estudiadas por su relevancia en tiempos de posconflicto.

Vea en video: ¿Qué se está haciendo en Colombia para mejorar la producción de Cacao?

¿Qué reporta Latinoamérica mientras Colombia consigue 2.000 toneladas más de cacao en un año?

En los últimos 4 años Ecuador y Perú han aumentado su producción de manera sostenida. En el 2015, Ecuador logró superar las 223.000 toneladas (según reporte de Anecacao) y Perú 92.000 toneladas (según Min Agricultura). Mientras que Fedecacao reporta un incremento de 2.000 toneladas en el 2016 para un total de 56.785 toneladas.

Revisemos cómo ha sido la inversión en Colombia solo en el lapso 2014 -2016 y la realidad del tal “alcance histórico” que corresponde a un aumento de 9.053 toneladas de cacao en ese periodo de tiempo. Supongamos entonces, que para alcanzar esta cifra se renovaron 9.053 hectáreas con 1.000 árboles cada una y por lo tanto estas hectáreas ya tecnificadas producen 1 tonelada cada una. Renovar 1 hectárea cuesta en promedio $12 millones (este valor varía según cada zona).

Quiere decir que se necesitarían invertir, en promedio $108,636 millones para obtener este “logro”.  Sin embargo, el país ha invertido  más de $388.000 millones en cacao tan solo en los últimos 3 años, sin contar otros recursos que se destinan al fomento como son los parafiscales, la inversión de otras entidades como gobernaciones y alcaldías difícil de estimar, pero está cifra fácilmente supera los $10.000 millones; pero asumamos que este es el valor, solo por efectos del ejercicio.

Estas son las cifras:

FINANCIADOR

VALOR (pesos)

Regalías (2013- 2016)

44.830.189.000

Finagro (2014- 2016)

316.152.000.000

Minagricultura (2013- 2015)

17.500.000.000

Otros (supuesto) (2014-2016)

10.000.000.000

Total

388.482.189.000

 

De esta manera en los últimos 3 años el país ha otorgado más de $316.000 millones en créditos, según Finagro; más de $44 mil millones por concepto de regalías y $17.500 millones en productividad, solo para cacao, a través del Ministerio de Agricultura para el período 2012 al 2015, según el informe de rendición de cuentas de este organismo.

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Dicho de otra manera, la hectárea de cacao le está costando al país $42,9 millones y no se está supliendo ni las necesidades de la industria chocolatera ni de los 38.000 productores que actualmente tiene el país según Fedecacao.

Para los que sugieren que esto se debe a las condiciones climáticas, pongo a su consideración que en el mismo periodo (2014-2016) la Federación de Cafeteros de Colombia reportó que duplicó su producción de café a 852 mil toneladas en el 2015 y en  el 2016, produjo 864 mil ton, un aumento de 12 mil toneladas en un año, mientras que en el 2016, Fedecacao reporta un aumento anual de 2.000 toneladas. Esas 2.000 toneladas representan la producción de no más de 600 pequeños productores de Santander es decir el 1,6% de los cacaoteros del país.

¿Qué conllevan estos reportes?

Es una situación compleja, el país no sabe a qué se le puede atribuir el incremento de las 9.053 toneladas o mejor decir el no incremento. La producción de cacao debería estar por encima de las 65.000 toneladas, a pesar de las malas condiciones climáticas que se han presentado. Podemos seguir creyéndonos el cuento de que las cosas están funcionando, pero no es así. Los programas no han sido exitosos para aumentar la productividad y no se trata solo de políticas, la falla puede estar en la transferencia del conocimiento,  del material vegetal, del paquete tecnológico, en realidad no se sabe. Lo verdaderamente preocupante es que los más interesados y responsables de aumentar la productividad, como son el Gobierno y las entidades de investigación y educativas, no se están cuestionando las fallas. Mientras que el sector privado (que adolece la falta de materia prima) y los agricultores que requieren mejores condiciones de vida, no encuentran eco para cambiar esta situación.

Se han planteado justificaciones por parte de algunos actores del sector afirmando que es responsabilidad de los productores por que no atienden las recomendaciones técnicas, con posturas así no se pueden construir soluciones, ¿es responsabilidad del maestro o del alumno?.

El país necesita urgentemente cambiar la forma de hacer intervención y trabajar articuladamente el sector privado, los agricultores y el Gobierno de lo contrario seguiremos despilfarrando los recursos y celebrando una cifra miserable en productividad como es un 3% año a año, para semejante inversión.

Por otro lado, recientemente el Gobierno ha adoptado al cacao como “el cultivo de la paz”, razón mayor para atender de manera inmediata y eficaz a este sector, donde se está poniendo en juego las opciones de vida de 8.000 desmovilizados y sus familias que ansían vivir en la legalidad. En las condiciones actuales, no hay garantías para ofrecer a estas familias la sostenibilidad económica y productiva no por causa del cultivo, sino por que la implementación y el acompañamiento técnico no están siendo efectivos.

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El país necesita un mejor diálogo para identificar e implementar eficientemente las soluciones y sobre todo para MEDIR lo que ha funcionado y lo que no. No es posible seguir dando palos de ciego cuando se cuenta con lo más importante: el conocimiento técnico y los recursos. No es solo un problema del Gobierno, para encontrar las soluciones se requiere un espacio abierto de discusión con la capacidad de recibir críticas e ideas nuevas, inventar nuevas acciones y cambiar paradigmas, todo aquello que nos permita avanzar.

Por: Angélica María Varela - Ecóloga