Los mejores en economía

“Dios mío ya me eché esta cosa”, pensó un poco angustiado Juan Manuel Puyana cuando vio una pregunta complicada de comercio exterior al inicio de su Ecaes, la prueba de Estado para estudiantes de último año de Economía. Su preocupación se fue evaporando con cada nueva pregunta y acabó acumulando 138,1 puntos, los suficientes para tener el octavo mejor puntaje del país.

Y es que, en general, quienes presentaron los mejores Ecaes consideran que la prueba no fue tan difícil. La razón está en que está construida para verificar el conocimiento de lo básico. “El nivel no es lo más avanzado de lo que ve uno en la carrera. Es el nivel intermedio”, dice con toda la honestidad Silvana Mantilla, de la Javeriana, la mujer con el mayor puntaje nacional.

Pero claro. Como en todo, lo difícil depende un poco de la definición de dificultad. Las preguntas tocan desde aspectos de la Guerra de Secesión de Estados Unidos, pasando por ejercicios en los que se debe hallar la pérdida de eficiencia cuando hay un monopolio, o computar el alfa en un modelo de Solow, hasta encontrar la covarianza de x y x al cuadrado.

Por supuesto, también hay que considerar que son personas que su promedio de notas para toda la carrera que está entre 4,2 y 4,8.

Cómo hacer un Ecaes impecable
Todos los estudiantes con los mejores Ecaes coincidieron en que se trata de una prueba en la que se evalúan los conocimientos del núcleo básico de los cursos, que son temas que en general se tratan en los primeros cinco semestres de la carrera.

Entonces la ciencia para salir bien librado en los Ecaes tiene dos elementos. De un lado, preparación en toda la carrera y de otro, un repaso ordenado al final.

El primero, el más importante, consiste en estudiar bien durante toda la carrera y asegurarse de que en los primeros años los conceptos queden bien aprendidos. Como lo señala Francisco Correa de Los Andes, nada reemplaza al hecho de haber estudiado bien todo el tiempo. Con él concuerda Daniel Jaimes de la Nacional de Bogotá. “Nadie recupera una carrera regular estudiando el fin de semana. No va a cambiar en los últimos días”, opina.

El segundo asunto implica repasar con cuidado los conceptos del comienzo de la carrera, que en los últimos semestres ya pueden estar empezando a acumular algo de óxido. El modelo keynesiano de IS-LM en su versión básica y con las modificaciones de economía abierta, los óptimos de consumidor y productor, entre otras cosas.

Este trabajo de repaso no es necesariamente solitario. Las mejores universidades ayudan a sus estudiantes a prepararse para los Ecaes. En la Nacional hay cursos de cuatro sábados y en Los Andes hay clases sobre cada una de las cuatro áreas que cubre la prueba. En la Javeriana le trabajan al examen dos meses en clases de dos horas, dos veces por semana.

Otros, como Jaime Ramírez de la Nacional, se mantuvieron al día en los temas por las monitorías de cursos. “Me sirvió que dicté varias monitorías, de macro, micro y econometría”, esa fue su herramienta para afianzar los temas básicos.

Otros más participan en grupos de estudio como Macrópolis o Meym (Modelos económicos y matemáticos) de la Nacional, en los que los participantes profundizan en cosas clave de economía.

La recomendación, en todo caso, es la de estudiar bien durante la carrera y aprovechar los recursos que ofrece cada universidad, dice Juan Manuel Puyana. Tiene razón, porque a pesar de que la prueba es de selección múltiple, aunque a veces la suerte sonría, difícilmente pondrá en los primeros lugares del país a las personas que no hayan hecho la tarea con juicio durante varios años.

Un argumento más bien flojo
Las universidades, sobre todo las que no quedan bien clasificadas en estos resultados, argumentan en muchas ocasiones que los Ecaes no son una buena medida para un profesional. Dicen que siempre hay otros elementos que conforman un economista competente.

Quienes obtuvieron los mejores puntajes del país creen que eso es parcialmente cierto. Concuerdan con el argumento en cuanto allí no está todo lo que debería saber un economista. A fin de cuentas, el Ecaes no mide las habilidades de escribir o hablar, o la capacidad de trabajar en grupo, como lo destaca Román Zárate de Los Andes, la persona que consiguió el mejor puntaje del país.

Además, hay campos de la profesión que no se evalúan. Por ejemplo, no pregunta nada sobre política económica dice Santiago Saavedra, matemático y economista de Los Andes.

Pero, divergen del argumento porque encuentran que sí hay una relación entre los resultados de la prueba y lo que saben los estudiantes. "El Ecaes sí pregunta lo básico que un economista debería saber. No me imagino un economista que no sepa sobre condiciones de eficiencia o sobre el modelo IS LM", dice Victor Hugo Zuluaga, de la Universidad del Valle, que obtuvo el segundo mejor puntaje del país. 

De hecho, la experiencia muestra que los economistas más destacados salen de las universidades con los mejores Ecaes. Por eso, que la Universidad del Valle haya puesto dos de sus estudiantes en los puestos 2 y 4 es una buena señal de que esa escuela de Cali va en la vía de consolidar su calidad. En 2006, destaca Óscar Soler estudiante de la del Valle, un estudiante de esa institución ya había sacado el primer puesto y posteriormente uno más había estado entre los 10 primeros.

Por eso parece tan importante que entidades como el Banco de la República estén contratando a estos muchachos en pasantías para que trabajen con investigadores de mayor trayectoria. No solo completan la formación de los estudiantes, sino que aprovechan el talento de un grupo dentro de los cuales estarán, sin duda, los mejores economistas del país.

Es un ejemplo que podrían seguir fácilmente otras empresas que quieran atraer personas que son casi el ideal de los cazatalentos: con capacidad de aprender rápido y de producir buenos resultados en plazos cortos.