Esta problemática no solo afecta a Colombia, 17 países de la región están empezando a medirla. Las cifras para México, por ejemplo, indican que el aporte de ‘la economía del cuidado’ es de 19,7%, por encima del tamaño de la industria o el comercio. | Foto: Bloomberg

Vida Moderna

Tareas del hogar pueden hacer más pobres a las mujeres

Reemplazar los oficios domésticos que ellas hacen gratis costaría el 20% del PIB en Colombia pero podría implicar mayores ingresos para las mujeres y ventajas para la economía, dice un estudio de Cisoe para ONU Mujeres.

7 de noviembre de 2015

En Bogotá las mujeres dedican en promedio 5,3 horas por día a trabajo doméstico como cuidar de los hijos, cocinar o arreglar la casa, en comparación los hombres invierten apenas 2,12 horas.   


Aunque estas actividades no están remuneradas representan un aporte significativo a la economía. Cálculos del Dane para 2013 indican que ‘reemplazar’ este trabajo costaría cerca de 20% del PIB. 

Esta problemática no solo afecta a Colombia, 17 países de la región están empezando a medirla. Las cifras para México, por ejemplo, indican que el aporte de ‘la economía del cuidado’ es de 19,7%, por encima del tamaño de la industria o el comercio.  

Las afectadas no son sólo las mujeres de bajo nivel educativo sino también aquellas que tienen igual o mayor preparación que sus parejas. “No sólo es una falta de aprovechamiento de la inversión pública en educación que se ha invertido en ellas, sino que constituye una enorme inequidad porque significa un subsidio de las mujeres al Estado, al mercado y a los hombres”, indica el análisis del centro de estudios Cisoe para ONU Mujeres. 

Si estas actividades estuvieran mejor distribuidas entre los miembros del hogar, el gobierno y el mercado no sólo las mujeres podrían trabajar un mayor número de horas diarias mejorando sus ingresos sino que se crearía un mayor número de empleos, también para los hombres.  

Tener en cuenta el tiempo como uno de los factores que determinan la pobreza en la sociedad es una tendencia que se está abriendo paso en los últimos años y no sólo desde una perspectiva de género. 

De acuerdo con el Levy Institute, para dejar de ser pobres, los hogares no sólo necesitan una canasta de bienes básicos sino un mínimo de tiempo para transformarlos y consumirlos o en su defecto dinero para pagarle a otras personas por esas labores. El caso más común es la comida fuera del hogar. Las cifras del Dane muestran que para julio de 2013 el 28,9% de los hogares colombianos eran pobres tanto por ingresos como por tiempo.  

Una de las sugerencias del Cisoe ante esta problemática consiste no sólo en buscar formas más organizadas en la sociedad para atender el cuidado de niños y ancianos sino hacer más eficientes los oficios domésticos, por ejemplo usando la tecnología y fomentando la oferta de productos y servicios en el mercado que llenen esas necesidades.