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Las denuncias salpican a gigantes bancarios de Estados Unidos y Europa.

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Gigantes bancarios caen en bolsa tras investigación sobre presunto lavado de dinero

Una investigación periodística señala que algunas entidades habrían “permitido y facilitado” el blanqueo de dineros provenientes de la droga y actos delictivos.

21 de septiembre de 2020

Los gigantes bancarios HSBC, Deutsche Bank y JPMorgan Chase, entre otros, fueron sacudidos este lunes en las bolsas de valores, luego de las revelaciones de un consorcio internacional de periodistas que los acusa de haber permitido y facilitado el lavado de dinero sucio a gran escala.

En Fráncfort, Deutsche Bank cerró la jornada con una caída del 8,76 por ciento. Standard Chartered, también bajo los focos, cayó un 5,82 por ciento al final de la sesión en Londres.

En Hong Kong, el HSBC alcanzó su nivel más bajo en 25 años, perdiendo un 5,33 por ciento. Además de que el grupo es citado por la investigación del consorcio de periodistas, podría tener que enfrentar sanciones de China, en el marco de las medidas de represalia contra ciertos países extranjeros.

También uno de los citados en este caso, el banco ING cayó un 9,27 por ciento en Ámsterdam. De acuerdo a informes de la prensa holandesa, la filial del banco en Polonia ha estado apoyando a ciertos clientes a enviar fondos sospechosos fuera de Rusia desde hace años.

El banco francés Société Générale también es objeto de investigación y se le acusa de falta de transparencia frente a determinados clientes de su filial suiza SGPB. Su acción cayó 7,66 por ciento al finalizar la sesión bursátil en París.

La onda expansiva también se sintió del otro lado del Atlántico: a mitad de la sesión en Wall Street, el gigante JPMorgan Chase había perdido un 4,08 por ciento. A su vez, Bank of America cayó en 3,89 por ciento, en tanto Morgan Stanley y Wells Fargo cayeron un 4,5 y 5 por ciento, respectivamente.

En su investigación, realizada por 108 medios de prensa internacionales de 88 países, el ICIJ denuncia las graves deficiencias de regulación en el sector.

¿En qué se basa la investigación?

La investigación “FinCEN Files” se apoya en miles de “informes de actividades sospechosas” (SAR por sus siglas en inglés) enviados a la policía financiera del Tesoro de Estados Unidos, FinCen, por bancos de todo el mundo, pero “fuera del conocimiento del público”. De acuerdo con el ICIJ, durante años han circulado montos astronómicos de dinero sucio por las instituciones bancarias más importantes del mundo.

Estos documentos hacen referencia a unos 2 billones de dólares de transacciones entre 1999 y 2017. Se trataría de dinero proveniente de la droga y actos delictivos, e inclusive de fortunas malversadas en países en desarrollo.

La investigación apunta sobre todo hacia cinco bancos importantes -JPMorgan Chase, HSBC, Standard Chartered, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon-, acusados de haber seguido haciendo circular fondos de presuntos criminales, incluso tras haber sido procesados o condenados por faltas financieras.

Los informes sobre actividades sospechosas, en las que se apoyaron los periodistas del consorcio, “no son declaraciones de crimen o fraude, sino que alertan sobre potenciales casos de delitos económicos”, argumenta UKFinance, lobby financiero británico, en un comunicado enviado a la AFP.

“Es simplemente un informe destinado a las autoridades tutelares (...). Actividades suplementarias pueden tener lugar y no presentar sospecha alguna o, por el contrario, confirmar la sospecha original. (...) Las autoridades tutelares también pueden solicitar a una entidad financiera mantener la relación con determinado cliente para permitir investigaciones más profundas”, destaca también UKFinance.

Defensa

HSBC se defendió respondiendo a periodistas que siempre cumplió con su obligación legal de informar sobre actividades sospechosas. Alega que las acusaciones del ICIJ son viejas o anteriores a un acuerdo alcanzado al respecto en 2012 con el departamento de Justicia estadounidense.

Deutsche Bank, por su parte, afirma que “no hay nada nuevo”, y que ha invertido mucho en reforzar sus controles. Asimismo, en el caso de ING en Polonia, la entidad asegura haber cortado sus vínculos con empresas sospechosas de actividades fraudulentas.

El francés Société Générale declaró en un comunicado que: “Cumple estrictamente con todas las reglamentaciones de los países en los que está implantado (...) Todos los casos sospechosos que detecta son, por lo tanto, declarados sistemáticamente a las autoridades competentes, estas declaraciones comprenden todos los elementos que el banco es capaz de comunicar de acuerdo con la normativa local”.