Inflación

El dilema monetario de los emergentes

Aumentar las tasas de interés para impedir que los altos precios de los alimentos tengan un efecto sobre la inflación, es una opción que traería un aumento de los flujos de capital especulativo. Analistas opinan que los bancos centrales hagan cambios radicales en la política monetaria.

11 de enero de 2011

Subir las tasas de interés resaltaría la determinación de los bancos centrales de impedir que los altos precios de los alimentos se incrusten en la inflación subyacente.

"No es el momento para la complacencia y el sólido anclaje de las expectativas inflacionarias es algo considerado importante por todos nosotros", dijo el lunes el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.

Los aumentos en los precios de las materias primas "tendrán que ser seguidos muy, muy de cerca", afirmó Trichet tras un encuentro sobre economía global en el Banco Internacional de Pagos en Basilea, Suiza.

No obstante, el problema para los funcionarios de mercados emergentes es que subir las tasas de interés en momentos en que las tasas en los países ricos están cercanas a cero, desataría un mayor flujo de capital especulativo que, en primer lugar, ayuda a generar presiones inflacionarias.

De manera similar, permitir rápidas apreciaciones en el tipo de cambio estancaría el impacto inflacionario de los mayores costos de los alimentos, pero atraería un flujo indeseable de dinero caliente -un anatema para muchos bancos centrales.

Brasil, por ejemplo, pese a las preocupaciones por la inflación, anunció duras medidas la semana pasada para frenar las ventas de posiciones cortas en dólares y limitó las apuestas de más alzas en la moneda del país, el real, que ha ganado cerca de 13 por ciento desde el pasado mayo.

Y en el caso de China, un marcador de precios para muchas materias primas, el poder adquisitivo extra de un yuan fuerte bien podría fortalecer la demanda por todo, desde la soya hasta el hierro.

En resumen, los bancos centrales tienen pocas opciones, excepto rezarle a los dioses del clima y esperar que el aumento de los precios se desvanezca.

 

Opinión de los analistas

 

El repunte en los precios globales de los alimentos representa un dolor de cabeza extra para los mercados emergentes que enfrentan presiones inflacionarias. Analistas mundiales opinan que no es probable que generen una respuesta radical de los estrategas de política monetaria.

 

Pueden llamarlos complacientes, pero los economistas no esperan que los bancos centrales apresuren su retiro de las políticas monetarias flexibles anticrisis, pese a que el alto costo de los alimentos podría causar un deterioro de las expectativas inflacionarias.

"Incluso si en la emergente Asia y América Latina, donde la amenaza de un avance sostenido de la inflación está en sus máximos, pensamos que los funcionarios terminarán el año con una política que siga siendo de apoyo al crecimiento", dijeron economistas de J.P. Morgan en una nota a clientes.

La agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dijo el miércoles pasado que los precios de los alimentos tocaron máximos récord la semana anterior, superando los niveles del 2008 que desataron disturbios en países desde Egipto a Haití.

Pero Jonathan Anderson, que cubre mercados emergentes para UBS, dijo que los índices globales de precios de alimentos tendrían que subir otro 50% para que tengan el mismo impacto inflacionario de hace tres años.

Mientras que problemas climatológicos están afectando el suministro alimenticio, no se ha repetido el salto en los precios de la energía y fertilizantes ni el subsecuente acaparamiento que acompañó la crisis del 2008 y tampoco parecen haber cambiado las dinámicas del suministro y la demanda subyacente, dijo Anderson.

"En este ambiente, mientras se asuma como un fenómeno temporal la aceleración global de la inflación alimentaria y mientras no regresemos al desastre de precios de alimentos del 2008, creemos que los bancos centrales del mercado emergente continuarán siendo relativamente laxos en su política de respuesta", dijo en un informe.

 

Riesgo de mercado

Los mayores costos de los alimentos también aceleran la inflación en los países ricos, pero el impacto es limitado por la pequeña porción de los alimentos en su gasto del consumidor. Y con las economías desarrolladas aún sufriendo un crecimiento irregular, hay pocas probabilidades de que el aumento en los precios de los alimentos lleve a una fuerte inflación.

Aunque no es probable que los precios de los alimentos tengan graves repercusiones en el crecimiento de los mercados emergentes o en sus políticas este año, el golpe político por la inflación alimentaria y temores de un endurecimiento excesivo bien podrían estremecer a los inversionistas, dijo Anderson.

"Los mercados indios y chinos ya han mostrado lo que la creciente inflación puede hacer en la confianza de los inversionistas y la reciente volatilidad en Indonesia y Brasil ante el elevado crecimiento del índice general de precios al consumidor es otro buen ejemplo de lo que habrá en el futuro si los costos de los alimentos continúan subiendo", agregó.

El mercado de valores de Indonesia, que tuvo el mejor desempeño entre las bolsas asiáticas el año pasado, ha caído casi un 9 por ciento tras escalar un máximo récord la semana pasada por los temores de que el banco central esté cerca de emprender medidas contra la inflación.

El Banco de Indonesia dejó la semana pasada las tasas estables en un mínimo histórico del 6,5 por ciento, incluso pese a que la inflación terminó el 2010 cerca del 7 por ciento, por encima del techo del banco central del 6 por ciento.

Economistas del Deutsche Bank dijeron que no tenía sentido que las autoridades monetarias suban las tasas de interés si el crecimiento era robusto y si las tasas de interés ajustadas por inflación eran negativas.

Pero agregaron: "Debido principalmente a las presiones de inflación en Asia que se generaron por las materias primas -y principalmente alimentos- pensamos que subir las tasas de interés no será necesariamente el primer impulso de los funcionarios de política monetaria".

 

(Reuters)