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Royal y Sarkozy a segunda vuelta en Francia

Sarkozy se enfila a la segunda ronda con una clara ventaja. Los resultados del Ministerio del Interior, sobre la base de más de 30 millones de votos computados, más del 75% del total, le dan el 30% de los sufragios, con 25% para Royal. La participación del electorado fue alta, de entre el 84 y 85% del total registrado.

22 de abril de 2007

PARIS _ El conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Segolene Royal enfilaron el domingo a una segunda ronda electoral para decidir quién será el próximo presidente de Francia, ofreciendo una elección entre dos sectores radicalmente diferentes del espectro político para una nación deseosa de un nuevo curso.

En la ronda del 6 de mayo, Sarkozy podría tener el apoyo de los electores de extrema derecha, cuyo candidato, Jean-Marie Le Pen, tuvo su segundo más bajo nivel de votación en cinco campañas presidenciales. Resultados parciales le dan el 11% de los votos.

Los resultados de Royal son los mejores que han tenido un candidato socialista desde Francois Mitterrand en 1988. Pero ella podría tener problemas para vencer a Sarkozy en la segunda ronda. Los otros candidatos de izquierda captaron el 11% de los votos y de inmediato le dieron su apoyo, pero los sufragios posibles no bastarían para darle la presidencia.

Por ende, la lucha ahora es por los favores de los sectores intermedios de la política francesa y los que dejaron de apoyar a la izquierda y derecha para votar en favor del legislador, Francois Bayrou, hijo de campesinos y que fue una de las grandes sorpresas de la campaña.

Bayrou terminó en el tercer lugar en los comicios del domingo, con el 18% de los votos, de acuerdo con los resultados parciales. Dada la aparente fuerza de Sarkozy, Royal tendría que contar con una fuerte mayoría de los simpatizantes de Bayrou, lo cual podría ser complicado.

Como sea, Francia tendrá su primer presidente nacido después de la Segunda Guerra Mundial, ya que Royal tiene 53 años y Sarkozy 52.

Si gana, Royal sería la primera mujer presidente en Francia, casi tres decenios después de que Margaret Thatcher se convirtiese en primera ministra en Gran Bretaña en 1979.

Tanto Sarkozy, hijo de un inmigrante húngaro, como Royal, hija de un oficial del ejército que debió vencer a dirigentes socialistas históricos para ganar la candidatura, han recorrido caminos largos y arduos para llegar a este punto, a un paso de la jefatura de estado de una de las principales potencias económicas, militares y diplomáticas de Europa.

Pero Francia también es una nación con grandes problemas, todavía afectada por las repercusiones de las manifestaciones violentas de jóvenes de origen africano y árabes en barrios pobres durante el 2005. Asimismo, décadas de desempleo alto, la competencia creciente de economías más dinámicas, como la china, crean la sensación de que Francia está perdiendo influencia en el mundo.

De ahí la pasión con que se desarrolló esta campaña, en la que ambos candidatos han prometido poner de pie al país. Tanto Royal como Sarkozy han prometido poner nuevamente al país en pie, aunque con recetas diferentes.

Sarkozy, quien la semana pasada citó a Martin Luther King, dijo durante una concentración de simpatizantes que deseaba unir a la nación para concretar "el sueño francés".

Por primera vez, la votación fue dividida en dos días. Los territorios de Francia en ultramar votaron el sábado, para garantizar que los sufragios en las regiones remotas sean contados a tiempo.

El nuevo presidente reemplazará a Jacques Chirac, quien concluye su segundo mandato luego de 12 años como jefe de estado, y deberá revivir la economía y reparar las fricciones con los inmigrantes árabes y africanos marginados, entre otras cosas.

 

AP