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Rebelión contra los "porno-escáneres" en plena temporada de viajes en E.U.

La mayoría de estadounidenses respalda los escáneres en nombre de la seguridad, pero la minoría contraria a ellos y partidaria de las libertades individuales está dispuesta a hacerse oír.

21 de noviembre de 2010


Tyner se hizo famoso esta semana después de que el vídeo que grabó con su teléfono móvil el pasado sábado en el aeropuerto de San Diego diese la vuelta a la web.

"Si me tocas las pelotas haré que te arresten", dijo el programador de 31 años de California a un agente de seguridad tras enterarse de que si no pasaba por el escáner que permite ver desnudos a los pasajeros tendría que someterse a uno de los nuevos y exhaustivos procedimientos de cacheo.

Tyner, claro está, no pudo volar, pero su hazaña lo ha convertido en una especie de héroe para los que consideran que los alrededor de 400 nuevos escáneres avanzados instalados en más de 60 aeropuertos del país representan una amenaza a la privacidad.

Una versión abreviada de su explícita declaración en San Diego "Don't Touch My Junk", en inglés, se usa ya como logotipo para camisetas, pegatinas e incluso ropa interior.

El altercado ha servido también de inspiración al artista de rap Michael Adams que en el 2008 compuso el popular tema "Yo también quiero un rescate", en referencia al multimillonario plan de rescate de la banca.

Ahora debuta con "Don't Touch My Junk", una canción que va acompañada de un vídeo cómico sobre los últimos inventos para inspeccionar a los pasajeros que transitan por aeropuertos de EEUU.

Las encuestas indican que la mayoría de estadounidenses respalda los escáneres en nombre de la seguridad, pero la minoría contraria a ellos y partidaria de las libertades individuales está dispuesta a hacerse oír.

Grupos de activistas han instado a los millones de pasajeros que se espera viajen este próximo miércoles, víspera de Acción de Gracias, el día de mayor tráfico en el país, a que se nieguen a pasar por los escáneres en una campaña bautizada como "National Opt Out Day" (Día Nacional de la Abstención).

Paul Ruden, portavoz de la Sociedad Estadounidense de Agentes de Viajes, afirmó este fin de semana que lo único que se necesita para que haya grandes retrasos es "uno o dos pasajeros tercos" en el aeropuerto.

Los escáneres llevan entre 10 y 20 segundos pero la gente que se niegue a pasar por ellos tiene que someterse al nuevo procedimiento de cacheo, también controvertido, que dura más tiempo.

El responsable de la Dirección de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) dijo el viernes que esos nuevos cacheos son inevitables dada la amenaza terrorista.

La TSA no ha querido pronosticar si la esperada protesta provocará retrasos pero sí ha reconocido que sería "muy molesto" si muchos pasajeros se suman a ella en uno de los días más ajetreados del año.

Causar molestias es precisamente lo que persiguen campañas como "We Won't Fly" que pide, a aquellos que puedan, que no vuelen hasta que se retiren los nuevos escáneres y cacheos. A los que tengan que hacerlo los invita a negarse a pasar por las máquinas.

La situación, de todos modos, tampoco parece fácil para los agentes de seguridad encargados de hacer cumplir las nuevas normas.

El blog de viajes Flying With Fish incluye el comentario de un agente de la TSA que dice: "Ayer un pasajero me dijo que mantuviese las manos alejadas de su pene o de lo contrario gritaría".

"¿Es así cómo se comporta un hombre de negocios de 40 años?", añade el agente, quien recuerda no ser más que "un profesional haciendo su trabajo".

La controversia llegó hasta Lisboa donde este fin de semana el presidente estadounidense Barack Obama participó en las cumbres de la OTAN y UE-EEUU.

Obama dijo entender la frustración de sus compatriotas pero aseguró que los sistemas son los únicos considerados eficaces para abortar posibles amenazas terroristas.

Las autoridades esperan que para finales del próximo año haya unos 1.000 escáneres instalados.

EFE