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Obama enfrenta numerosos desafíos en el exterior

17 de febrero de 2009

LONDRES  — La descripción extraoficial del cargo de Barack Obama: "El hombre más poderoso del mundo". Quizás sea así. Pero la firmeza del nuevo presidente es puesta a prueba en el exterior a medida que amigos y adversarios desafían el poderío estadounidense.

La atención actual se centra en la hermética Corea del Norte, que amenaza lanzar un proyectil de ensayo de largo alcance. La secretaria de estado Hillary Rodham Clinton utilizó su primera misión al exterior para advertir a Pyongyang que sus esperanzas de salir del aislamiento están condenadas si lanza el proyectil.

También ha habido reveses en otros frentes desde Rusia hasta Yemen.

Paddy Ashdown, ex representante de las Naciones Unidas para Bosnia, dijo que todos los nuevos presidentes de Estados Unidos enfrentan pruebas desde el exterior en sus primeros meses, pero que es inusual el actual número de desafíos y su naturaleza variada.

"Están probando para ver hasta dónde pueden llegar", conjeturó Ashdown. "No creo que sea algo coordinado en que se comunican entre sí para convenir hacerlo a la vez, pero esto es lo que ocurre cuando la gente con algún interés quiere ver cuál será la reacción del gobierno... Esto es más de lo que ha ocurrido con presidentes anteriores".

Entre los desafíos recientes:

— Yemen ha puesto en libertad a 170 milicianos vinculados con al-Qaida, lo que ha vigorizado la base del grupo terrorista.

— Pakistán dejó en libertad al científico Abdul Qadeer Khan, quien ha revelado secretos nucleares a regímenes hostiles.

— Rusia está flexionando los músculos en su patio trasero. Recientemente persuadió a Kirguistán de anunciar que cerrará una base aérea estadounidense vital para la misión en Afganistán.

— Milicianos del Talibán lanzaron ataques coordinados letales a tres edificios del gobierno un día antes de la llegada a Afganistán del enviado presidencial estadounidense Richard Holbrooke.

Los desafíos se plantean en momentos en que el mundo parece más complejo que en enero del 2001, la última vez que una cara nueva llegaba al despacho presidencial.

En los días de la Guerra Fría, los presidentes nuevos tenían que establecer sus contactos con los amos del Kremlin, que involucraban a Washington en un peligroso juego de ajedrez político disputado en el Caribe, Africa, Asia, partes de Europa e incluso el espacio. Cuando la Unión Soviética se desplomó, Estados Unidos disfrutó de un breve período como la incuestionable superpotencia.

Eso ha cambiado ahora. Después de los ataques terroristas a Estados Unidos en el 2001, las amenazas extremas pueden provenir de docenas de fuentes distintas, incluyendo grupos terroristas antes desconocidos, no afiliados con gobierno alguno. De la noche a la mañana pueden formarse alianzas ocultas.

Ashdown dijo que esto dificulta la tarea de Obama.

"No es un mundo dominado por una superpotencia, de modo que necesita una política exterior diferente, más sutil, más multifacética", afirmó.

Ashdown considera la guerra en Afganistán como el problema más acuciante, y advierte que la anticipada pérdida del acceso estadounidense a la base aérea de Kirguistán podría plantear problemas logísticos a las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña que intentan aplastar a los milicianos talibanes.

 

 

(AP)