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No mejora del empleo juvenil en América Latina

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) consideró que no habrá una mejora sustancial del mercado laboral juvenil en América Latina debido principalmente a la crisis económica que golpea a las economías desarrolladas.

4 de septiembre de 2012

Ginebra. En los próximos años "habrá menos oportunidades para que los países latinoamericanos se beneficien de gastos en las economías desarrolladas, así como de las exportaciones hacia ellas", explicó a Efe el analista de la OIT, Theo Sparreboom.

Agregó que tomando en cuenta ese entorno internacional se prevé que la tasa de desempleo entre los jóvenes latinoamericanos se mantenga estable hasta 2017 -año hasta el cual el organismo ha realizado proyecciones- en un 14,7 %, frente a un 14,6 % para este año.

Esa cifra recuerda que la falta de oportunidades de trabajo entre los jóvenes es un problema dos veces más grave que entre los adultos, cuya tasa de desempleo es actualmente del 7,2 % en la región y se calcula que será igual dentro de cinco años.

"En las proyecciones a cinco años que tenemos no vemos mejoras en América Latina", recalcó Sparreboom, quien sin embargo reconoció que este análisis no toma en cuenta la dinámica interna de la economía latinoamericana, cuyos niveles de crecimiento en los últimos años han sido sobresalientes.

"Es difícil de predecir en el contexto mundial actual la dinámica que seguirá América Latina", comentó el experto.

Por otra parte, el análisis divulgado hoy por la OIT sobre el desempleo juvenil a nivel mundial pone énfasis en una categoría que recién últimamente ha empezado a considerarse en las estadísticas y que se refiere a los jóvenes que han desistido de buscar trabajo y tampoco estudian.

"Esos jóvenes desalentados no se cuentan como desempleados", explicó por su parte el responsable de la Unidad de Tendencias del Empleo de la OIT, Ekkehard Ernst.

Aunque el organismo no cuenta con cifras recientes para medir la amplitud de ese fenómeno en América Latina, se sabe que no es marginal y que sus efectos pueden arrastrarse de por vida.

En el conjunto de países desarrollados -para los que sí hay cifras- esa categoría de jóvenes desempleados aumentó en cinco millones de personas entre 2008 y 2012.

A este respecto, Ernst sostuvo que los jóvenes que se quedan mucho tiempo sin estudiar ni trabajar y que incluso pierden el ánimo de hacerlo tendrán una progresión más lenta en sus vidas profesionales y acumularán menores ventajas sociales por haber cotizado menos años.

En términos macroeconómicos se trata de una situación negativa para los países porque cuanto más tiempo permanece un trabajador fuera del mercado laboral más habilidades y conocimientos pierde y, por tanto, su productividad resulta más baja.

Para prevenir esas consecuencias, la OIT reiteró hoy su recomendación a los países de poner en marcha medidas de corto y mediano plazo destinadas a alentar la contratación de jóvenes.

Ernst sostuvo que una posibilidad que se prueba con éxito en varios países del norte de Europa es ofrecer formación a los jóvenes con más de seis meses desempleados para que puedan reforzar sus habilidades en áreas específicas donde les resultará más fácil encontrar trabajo.

Otra alternativa consiste en ofrecer rebajas fiscales a las compañías que contraten jóvenes.

Aunque ese tipo de medidas tienen un coste, éste es mucho menor que el que genera una población joven desempleada, aseguró el experto.

Según los cálculos de la OIT, un esquema de ese tipo podría requerir una inversión del 2 % del Producto Interior Bruto (PIB) en la eurozona y del 3 % del PIB en el caso específico de España.

"Esas sumas son mucho menores a las gastadas para ayudar a los bancos en dificultades", recordó Ernst.