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Fábricación autos Argentina caerá en 2009 por crisis

2 de diciembre de 2008

BUENOS AIRES (Reuters) - Los ejecutivos de las industria automotriz argentina ya no se preguntan cuánto dañará la crisis internacional su brillante presente, ahora ya saben que el 2009 marcará el abrupto fin de un ciclo de seis años de expansión récord.

La fabricación de autos fue una de las puntas de lanza que disparó la actividad industrial del país entre 2003 y 2008, pero el menor consumo comenzó a torcer la curva y los cálculos indican que la contracción sería de al menos un 10 por ciento y de hasta un 20 por ciento para los más pesimistas.

Diciembre del 2008 encuentra a las terminales rehaciendo permanentemente sus cálculos de producción y existencias y a sus representantes recorriendo despachos oficiales en busca de alternativas para minimizar la pérdida.

"Las estimaciones que todos teníamos hasta septiembre: terminales, concesionarios, autopartistas, de 700.000 autos para el año que viene, hay que olvidarlas (...) Lo que todos estamos viendo ahora es cuánto es el ajuste a la baja", dijo Dante Sica, de la consultora económica Abeceb.com.

A poco de finalizar un año que entregará nuevas marcas históricas de fabricación, exportación y ventas domésticas, las automotrices y los gremios están enredados en disputas por las suspensiones y los despidos masivos de personal.

El acelerado deterioro de las expectativas tiene su lógica, dijeron analistas, ya que la industria de autos suele liderar el inicio de un ciclo de crecimiento, pero también es la primera afectada cuando empieza un proceso recesivo.

Y el caso estadounidense, con las tres grandes fábricas de Detroit rogando por ayuda ante el Congreso desde hace semanas para evitar una crisis terminal, es un fiel reflejo de eso.

EJERCICIO RECORD

Argentina producirá en 2008 entre 600.000 y 610.000 autos, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).

De alcanzar esas cifras, superaría en un 12 por ciento las del año pasado, aunque el salto interanual será el menor de los últimos seis, que oscilaron entre el 23 y el 53 por ciento.

Dominique Maciet, presidente de la filial local de Renault, dijo que la fabricación 2009 caerá a entre 550.000 y 570.000 unidades, un retroceso en torno al 10 por ciento.

Algunos analistas creen, de todos modos, que el ajuste no debería ser leído como una catástrofe.

"Estamos frente a un mercado que es seis veces el del 2001 y que eventualmente puede perder 100.000 unidades, que es una monstruosidad, pero aún así estaría alrededor de las 500.000", dijo el economista Jorge Todesca, de la consultora Finsoport.

Nada mal para una industria que en el 2002 estaba en situación de "casi extinción", añadió Todesca, en referencia a la crisis que sacudió a Argentina en 2001-2002 y que desplomó la producción de autos a sólo 160.000 unidades.

Mientras tanto, al igual que ocurre en Estados Unidos o Europa, las automotrices deshojan la margarita a la espera de que el Gobierno se decida a lanzar un plan de ayuda, que en el caso argentino podría incluir créditos subsidiados o un recorte de los impuestos a las exportaciones.

EMPLEADOR

Luego de un lustro de expansión a tasas superiores al 8 por ciento, el boom económico argentino muestra síntomas de agotamiento y los consumidores se retraen por la desconfianza que se instaló tanto en el plano externo como en el local.

"La situación internacional está afectando a la industria (...) El menor crecimiento del mundo, la baja de los commodities (materias primas) y la escasez de crédito hacen prever menores ventas en nuestro sector en 2009", dijo Enrique Alemañy, jefe de Ford Argentina al diario El Cronista.

La predicción alcanza también a las exportaciones, el otro gran pilar donde se asienta el negocio y que tiene una alta dependencia de la salud económica de Brasil, donde hubo una fuerte devaluación de la moneda, el real.

El gigante latinoamericano, el primer cliente externo de unidades producidas en Argentina, puso en marcha un programa de asistencia crediticia de 1.700 millones de dólares para estimular la demanda de vehículos, luego de que las ventas se desplomaran un 11 por ciento en octubre.

En Argentina aspiran a contar con un plan semejante, salvando las diferencias de magnitud.

"Necesitamos medidas por el lado del financiamiento", resumió Horacio Di Lorenzi, directivo de la Asociación de Concesionarios de la República Argentina (Acara), que nuclea a los vendedores de vehículos.

Para el empresario, las ventas podrían retroceder hasta un 20 por ciento el año próximo.