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España preocupada por caída del mercado inmobiliario

La baja experimentada esta semana en la bolsa española por las empresas constructoras, bancos y otras firmas muy relacionadas con el sector inmobiliario, originó el temor de que pueda haber estallado la burbuja del ladrillo.

27 de abril de 2007

Madrid.- Ese temor no es baladí. Están en juego enormes intereses económicos. La industria de la construcción y las auxiliares que sirven a ese sector representan el 18% de la producción económica en España, que ha logrado 14 años consecutivos de crecimiento y que suma un tercio de todos los empleos creados el año pasado en la zona del euro.

Además, el voraz apetito consumidor español es la clave del crecimiento en la Unión Europea porque otras economías más importantes, como las de Francia y Alemania, tienen un crecimiento mucho más anémico. La posibilidad de que haya estallado la burbuja inmobiliaria y cree la consiguiente recesión es atentamente seguida por millones de extranjeros de la UE, que viven o tienen segundas residencias en España, principalmente británicos y alemanes, temerosos de que sus inversiones para la jubilación pierdan rápidamente una parte sustancial de su valor.

La baja espectacular del martes en la bolsa de valores madrileña fue al parecer causada por el colapso la semana pasada de la firma valenciana de bienes raíces Astroc Mediterráneo. La empresa perdió más del 60% de su valor por capitalización de mercado en cuestión de días al correr rumores sobre el retiro de un inversionista clave y que los beneficios de la empresa fueron artificialmente manipulados por su presidente con la compra de bienes propiedad de Astroc.

La industria de la construcción edificó el año parado 800.000 nuevas viviendas, más que Francia, Italia y Alemania en forma combinada, gracias en gran parte a una mano de obra barata y no cualificada aportada por los inmigrantes. A medio plazo, la insostenibilidad de ese ritmo acrecentará el desempleo, con sus secuelas sociales.

El auge contribuyó, por ejemplo, que tanto en el 2003 como en el 2004, los precios de la vivienda media aumentara casi un 20% anual. Aun así, las tasas de interés han aumentado paulatinamente y con ellas las hipotecarias. A ello se suma el problema de que más del 95% de las hipotecas son a interés variable, en lugar de fijo. Según el Banco de España, las viviendas españolas tienen una plusvalía excesiva en un promedio del 30% y el endeudamiento familiar _ un 150% por encima de los ingresos disponibles _ son los problemas más acuciantes de los consumidores españoles.

Pero los años de bonanza no fueron aprovechados ni por los empresarios ni el actual gobierno socialista para mejorar la productividad española, la más baja de Europa, reducir su déficit comercial y su dependencia energética o diversificar su riqueza industrial, excesivamente dependiente del sector inmobiliario y la construcción residencial.

 

 

AP