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Brasil consternado y decepcionado por medida en Bolivia

El ministro de Minas y Energía brasileño, Silas Rondeau, dijo que el gobierno brasileño recibió el decreto anunciado el domingo en Bolivia con "consternación y decepción".

7 de mayo de 2007

Brasilia.- Brasil recibió con "consternación" y "decepción" un decreto emitido en La Paz que excluye al conglomerado petrolero brasileño Petrobras de la exportación de algunos derivados. Petrobras dijo que presentará una oferta final por el 100% de las refinerías que tiene en el vecino país.

Brasil afirmó incluso que la medida boliviana podría tener un impacto negativo en la cooperación bilateral, pero no aclaró si ello significaba un corte de asistencia o planes conjuntos. Indicó que "lo que ellos hicieron (con el nuevo decreto) fue la reglamentación" de medidas anteriores y que "el problema es el impacto que eso tendrá" en las operaciones de Petróleo Brasileiro SA (Petrobras) en Bolivia.

La medida boliviana "va a hacer no viable, desde el punto de vista económico, las actividades de Petrobras", dijo Rondeau citado por el servicio privado de noticias Agencia Estado. La cancillería brasileña emitió al final de la jornada un comunicado en el que manifiesta su decepción por el decreto, al que consideró "perjudicial" y que eventualmente podría tener un impacto negativo en la cooperación entre los dos países.

"La medida perjudica y puede inviabilizar el proceso negociador para adecuar la situación de las dos refinerías al cuadro jurídico-institucional (de la nacionalización)...en lo cual Petrobras se encuentra empeñada de buena fe", dijo la cancillería en su nota.

Por su parte, el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, afirmó que debido a esa medida del gobierno boliviano, se tomó la decisión de vender el 100% de las dos refinerías que posee la petrolera en la nación andina, dijo Agencia Estado. El ejecutivo, asegurando que inicialmente la idea era permanecer en Bolivia como socio minoritario, no detalló el monto de la propuesta por las dos refinerías.

Gabrielli ratificó que en caso que Petrobras no reciba una compensación justa y previa por sus dos instalaciones, acudirá a las instancias legales tanto dentro de Bolivia como ante cortes internacionales. La medida anunciada el domingo reduce el flujo de caja de Petrobras y eso limita sus operaciones, de acuerdo con la oficina de prensa del Ministerio de Minas y Energía.

Versiones de la prensa local indicaron que Gabrielli dijo que una vez planteado el precio esperará un respuesta de Bolivia en un par de días. El gobierno boliviano ha señalado que Petrobras quiere algo menos de 200 millones de dólares por las refinerías pero que él está dispuesto a pagar 60 millones. Antes, el Rondeau dijo a los periodistas en el palacio de gobierno que Brasilia no fue sorprendida por el nuevo decreto, pero que la medida "no cabía en este momento, en el medio de las negociaciones". "En nuestro entender, no cabía una medida (de ese tipo) incluso porque estamos en el medio de una negociación, con los valores (de las refinerías) siendo discutidos".

Indicó que el viernes habló telefónicamente con su colega boliviano Carlos Villegas. "No tuve ninguna información que ese decreto estaría en la plaza, vamos a decirlo así, que sería publicado", dijo. El domingo, el presidente Evo Morales anunció un decreto que concede a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) el monopolio en la exportación de crudo reconstituido y gasolinas blancas (éter de petróleo), ambos productos derivados de la refinación.

Petrobras ha dicho que los exportaba para compensar el magro margen de ganancia que recibía de la refinación de productos destinados al mercado local boliviano. Ahora, esos productos deberán ser vendidos exclusivamente por Petrobras a YPFB a precios fijados por el gobierno boliviano. Petrobras negociaba con YPFB el destino de las dos refinerías que tiene en Bolivia --las más grandes de ese país, con una capacidad conjunta de 40.000 barriles--, en virtud al decreto de nacionalización de los hidrocarburos que emitió Bolivia en mayo de 2006, y que obligaba a la brasileña a vender el 50% más una de sus acciones en ellas.

Petrobras adquirió a fines de los 90 las dos refinerías en unos 100 millones de dólares y asegura que desde entonces ha invertido una cantidad similar. El ex superintendente boliviano de Hidrocarburos Carlos Miranda dijo en La Paz que la medida es una toma de posición "un poco dura" hacia Petrobras en su estrategia de negociación para lograr que la brasileña le venda esas dos refinerías, que fueron del estado, a un precio de libros y no de mercado, como quiere ella.

A su vez, el ex ministro de Hidrocarburos Mauricio Medinaceli (2005-2006) indicó a la AP antes de los anuncios desde Brasil que el decreto es "muy riesgoso" porque puede causar más tensión en las negociaciones por las refinerías. Adujo que podría complicarla más porque "parece una medida unilateral y no negociada".

 

 

AP