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América Latina y el Caribe refuerzan vínculos con países asiáticos

Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones regionales, sin embargo, si se excluye a México, el principal mercado extra-regional es el asiático, desplazando a Estados Unidos al segundo lugar y a la UE, al tercero.

24 de agosto de 2007

Hasta ahora, las exportaciones de América Latina y el Caribe hacia Asia-Pacífico se concentran en recursos naturales y en manufacturas basadas en ellos. En cambio, las importaciones latinoamericanas y caribeñas son la imagen invertida de las exportaciones, es decir, se agrupan en manufacturas de alta tecnología. De allí que, según la CEPAL, el desafío se centra en captar inversión asiática en las cadenas de comercio inter-industrial, así como estimular el comercio intra-industrial con esa región. 

Si ya China desplazó a Japón como principal socio comercial de América Latina y el Caribe en Asia, por otro lado, la participación de cinco de los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Asia Sudoriental) –Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia (ASEAN 5)- ha desplazado a la República de Corea como fuente de importaciones y como destino de las exportaciones de América Latina y el Caribe.

En su informe, la CEPAL señala que ventajas tales como mano de obra calificada, fuentes de energía más baratas, abundancia de recursos naturales, cercanía al mercado de Estados Unidos, complementadas con políticas que estimulen el desarrollo industrial y la innovación, podrían permitir a América Latina y el Caribe participar de forma más intensa en las cadenas de producción de Asia. Sin embargo, la CEPAL recalca que todos estos desafíos exigen avanzar más rápido en la diversificación exportadora, la innovación de productos y procesos, y en el estímulo al comercio intra-industrial entre Asia y América Latina y el Caribe.

La difusión de acuerdos comerciales intra-Asia puede generar desviación de comercio en contra de las exportaciones de América Latina y el Caribe, toda vez que el comercio intra-asiático quedaría liberado de cancelar los altos aranceles aplicados por los países de la ASEAN, Japón, China, la República de Corea a los productos agrícolas, textiles y confección y algunos sectores de maquinarias. La eventual suscripción de acuerdos comerciales entre países de la región y las economías asiáticas podría atenuar esa desventaja de América Latina y el Caribe con relación a la competencia de la ASEAN.

América Latina y el Caribe podría trabajar en una doble vertiente: por un lado, buscar el aprovechamiento más eficiente y coordinado de las ventajas comparativas, basadas en recursos naturales, agregando inversión regional y/o asiática en las respectivas cadenas de valor y por otro, intensificar esfuerzos para diversificar la base productiva y exportadora, favoreciendo los eslabonamientos entre sectores primarios, manufacturas y servicios asociados, a través de políticas que estimulen la competitividad y la innovación tecnológica.

Según la CEPAL una estrategia más pro-activa hacia el Asia-Pacífico incluye, en primer lugar, dicha diversificación productiva y exportadora, una mayor presencia en los diversos segmentos de la cadena de valor asociada a los recursos naturales (logística, comercialización, calidad, marca, etc.), un mayor vínculo entre comercio e inversión, incremento de la inversión asiática en América Latina y el Caribe y de la inversión latinoamericana en el Asia-Pacífico, iniciativas conjuntas de I&D, asociadas a los recursos naturales y una ampliación de las escalas del intercambio en sus distintos niveles, a través de iniciativas plurinacionales.