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ANÁLISIS

Lo que podemos cambiar con una ‘Educación de Alta Calidad’

¿Qué es la Educación de Alta Calidad y cómo se traduce en beneficio para los colombianos? Estas son dos preguntas fundamentales para abrir la discusión en torno al tema.

6 de septiembre de 2016

Bien señalaba Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo. Sin embargo la evolución del conocimiento, el mercado, y los desafíos intrínsecos que las diferentes industrias han presentado al ser humano demandan que esa educación no solo suceda, sino que tenga estándares de Alta Calidad para proponer una verdadera transformación. Entonces, ¿qué es la Educación de Alta Calidad y cómo se traduce en beneficio para los colombianos? Estas son dos preguntas fundamentales para abrir la discusión en torno al tema.

La Acreditación en Educación de Alta Calidad en Colombia es un proceso liderado por el Ministerio de Educación Nacional que permite certificar la calidad de los procesos, programas, profesores, estándares, infraestructura, además de otros aspectos integrales en torno a la educación universitaria del país. Es un reconocimiento que permite visualizar ante la comunidad estudiantil, académica y productiva que una universidad tiene excelentes prácticas a diferentes niveles, facilitando reconocer la credibilidad que tiene la institución ante terceros.

Más importante todavía es entender que una Acreditación de este tipo entrega respaldo para los procesos académicos en curso, que están desembocando en proyectos aplicados de investigación, en profesionales capaces de generar transformaciones reales a diferentes empresas, en un mejor estado del conocimiento, y al final, todo esto en función de una mejora de las condiciones de Calidad de Vida de los colombianos desde diferentes aspectos, enfoques y posibilidades.

La transformación de la Calidad de Vida significa muchas cosas, puesto que implica mejoras que van desde el bienestar para los graduados, pasa por el impacto que generan sobre las comunidades de su influencia, se extiende al aprendizaje y mejora de las condiciones y oportunidades de una comunidad, además de integrar muchos otros conceptos que son difíciles de abarcar y definir, puesto que pueden incluso ser subjetivos y variar de un grupo poblacional a otro.

Por ejemplo, el Dane desarrolló una encuesta anual de Calidad de Vida donde cuantifica y caracteriza las condiciones de vida de los colombianos, incluyendo variables relacionadas con la vivienda, educación, salud, cuidado de los niños, fuerza de trabajo, gastos e ingresos, variables que, entre otras, buscan establecer una tendencia en las condiciones de los colombianos. Su resultado trae una visión, pero no necesariamente la definición para todos de lo que debe ser y representar la Calidad de Vida.

En todo caso, mejorar en cada aspecto de estos requiere de preparación, capacitación, apoyo, una formación integral para construir la Colombia del mañana, una capaz de resolver los problemas y necesidades internas, bien sea en tiempos de paz y posconflicto, o en cualquier otro escenario, al tiempo que logre enfrentar los desafíos que se presentan hacia fuera, de cara a un mundo globalizado, dinámico y vibrante, que requiere capital humano a la altura de su evolución.

Es por esto que la educación de Alta Calidad debe acercarse cada vez más a ser un estándar y una prioridad para todos, pues esa cultura de excelencia, que puede comenzar por impactar positivamente la comunidad educativa hacia dentro, muy pronto permeará la comunidad circundante, sus públicos objetivo, su entorno físico inmediato, y claramente -en el mediano y largo plazo- puede ser la base de una sociedad totalmente renovada, que a su vez puede impactar otros países, otros grupos sociales importantes del mundo.

Alcanzar este estándar será la base para proponer cambios profundos, comenzando por uno dentro de nosotros, con lo que este punto de partida parece ser uno de largo aliento, que en el caso nuestro, desde la Universidad El Bosque, nos permite trazarnos metas cada vez más importantes y trascendentales en la vida del país, un recorrido en el que esperamos y agradecemos el apoyo de la Sociedad en general.

Es importante considerar que este eje de Alta Calidad debe ir impregnado por la Responsabilidad Social, un enfoque que debe trascender la intención para ser parte de los planes de desarrollo de las universidades, logrando que no solo se trate de excelencia, sino de crecimiento estable, sostenido, en armonía con el entorno social y ambiental, lo que redundará en beneficios para una Colombia que sea referencia, no solo en América Latina sino quizás a escala mundial, y que nos lleva a una importante conclusión, y es que la invitación a la transformación desde una educación de Alta Calidad no debe ser el punto de llegada, sino el de partida en un camino emocionante y desafiante que exigirá lo mejor de todos y cada uno de nosotros.

Por: Rafael Sánchez París, Rector Universidad El Bosque