Home

País

Artículo

Su parentezco con el mayor banquero del país ha hecho que algunos piensen que le facilita su labor legislativa, pero Barguil dice que la relación es lejana y que no influye . | Foto: Archivo Semana

Coyuntura Nacional

La pesadilla de los bancos

Cómo logró un Representante novato poner contra las cuerdas a las entidades de crédito, con iniciativas que no les gustan, pero que ya son ley o están en camino de serlo.

5 de agosto de 2011

Contra todos los pronósticos y, en especial, contra el poderoso lobby de la banca, un congresista novato consiguió lo que nadie había logrado: aprobar una Ley que permite intervenir las tarifas de los servicios financieros. A eso se suma un proyecto en el que viene avanzando para que los deudores puedan prepagar sus créditos sin ser castigados.

Con tan solo un año como congresista y con 30 de edad, David Barguil Assis se está convirtiendo en el ‘coco’ de los bancos. Sus iniciativas están mayoritariamente relacionadas con el sistema financiero, dada su formación como profesional en finanzas, gobierno y relaciones internacionales.

¿Cómo pudo lograr lo que sus antecesores, con mucha más experiencia, no han podido en todos estos años? Su primera respuesta es que a diferencia de sus colegas, él no ha planteado un debate ideológico en contra de los bancos, tachándolos de ladrones. Por el contrario, está a favor del libre mercado y de que hagan utilidades, pero que sean regulados para evitar abusos.

Su estrategia ha sido no caer en el juego legislativo de armar y desarmar quórums, “sino rebatir con argumentos”. Confiesa que el proyecto para ponerles un techo a las tarifas de los servicios financieros (cuotas de manejo, retiros en cajeros, costos de los cheques, etc.) estaba a punto de hundirse, hasta que vio la oportunidad en el trámite de la llamada minirreforma financiera que se aprobó en diciembre pasado. Allí quedó establecido en los artículos 62 y 63 que, cuando no exista competencia en el mercado financiero, el Gobierno podrá intervenir las tarifas.

La explicación de Asobancaria para el éxito de Barguil es otra. Tiene que ver con que sus iniciativas sí han tenido el aval del Gobierno y eso es lo que les permite avanzar en el legislativo. Caso contrario de otro proyecto que también cursa en el Congreso y que busca obligar a los bancos a que destinen 15% de su cartera al microcrédito.

Al igual que la iniciativa de Barguil, que permite los prepagos de deuda sin cancelar los intereses no causados, el del microcrédito ya fue aprobado en primer debate, pero a diferencia del primero, no cuenta con el respaldo del Ejecutivo, así que es probable que no pase de ahí.

Lazos familiares

Sin embargo, hay una tercera explicación para los triunfos de Barguil en el Congreso: está emparentado con el mayor banquero del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo y, como dice el refrán, “no hay cuña que más apriete que la del mismo palo”.

Vivian Barguil, nuera del banquero y esposa de su hijo, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, es prima en segundo grado del papá del representante Barguil. No obstante, este aclara que aunque los Barguil no son muchos, no tiene una relación cercana con esa parte de su familia y que por lo tanto no han influido en su actividad legislativa.

Sea como sea, este joven Representante se prepara para pasar su primera cuenta de cobro en este mes de agosto, programando un debate de control político, pues en la Ley 1430 del 2010 (la minirreforma tributaria), quedó establecido que la Superintendencia Financiera deberá presentar semestralmente un informe sobre la evolución de las tarifas y aún no lo ha hecho.

“Para mí fue un logro que en enero, un mes después de aprobada la Ley, comenzara una serie de campañas publicitarias de los bancos aclarando sus tarifas y diciendo que no iban a cobrar por ciertos servicios. Pero tengo la impresión de que las comisiones siguen demasiado altas para el poder adquisitivo de los colombianos y así no se puede avanzar en bancarización”, asegura Barguil.

Otra opinión tiene María Mercedes Cuéllar, presidente de Asobancaria, para quien las tarifas actuales sí evidencian la competencia que existe entre bancos. “Los artículos aprobados no son del todo claros y si el Gobierno los va a usar para intervenir el sector con el argumento de falta de competencia, es factible que se desincentiven las grandes inversiones que realizan las entidades”, asegura.

Tampoco comparte el proyecto para permitir los prepagos de deuda sin castigo, cosa que hoy solo se puede hacer con los créditos de vivienda. Según Cuéllar, esos prepagos son los que han impedido que haya más préstamos de este tipo. Aclara que si se deja a los deudores pagar por adelantado, sin cancelar todos los intereses que se tenían previstos, se afecta el fondeo de los bancos, pues, por ejemplo, estos emiten bonos a un plazo similar al crédito y al tenedor del bono no le pueden decir que no le pagan más intereses porque el cliente canceló antes de lo esperado.

Barguil insiste en que este proyecto permitirá el prepago de los créditos de consumo y agrícolas y que, por el contrario, animará a las personas a volverse a endeudar, en la medida en que pueden pagar más rápido.

Sin embargo, solo hasta que los prepagos de crédito queden permitidos por ley, se sabrá cuál de los dos tiene la razón.