La competencia es regional

2 de marzo de 2007

El crecimiento económico de los países hoy y mañana se fundamenta entre otros factores en la productividad y capacidad competitiva de las ciudades-región que lo conforman. La razón es simple, los mercados tienen ahora un objetivo internacional apoyándose en la innovación tecnológica, plataformas de comunicaciones mundiales e instrumentos legales como los tratados de libre comercio, lo que permite producción mas eficiente, menos costos transaccionales, información y dinamizar la productividad. Los inversionistas, industria, compañías y empresas tienen ahora alternativas en diferentes ciudades-región para realizar negocios de manera global.

Una de las herramientas para fortalecer el desarrollo regional es la adecuada construcción e implementación de redes de cooperación y colaboración entre el sector publico y privado para transformar y dinamizar el modelo productivo. Esto implica políticas públicas que faciliten la movilidad de personas, bienes y servicios, eleven la calidad de vida, modernicen la infraestructura, amplié las oportunidades de negocios, atraigan inversión y aprovechen el recurso humano, entre otros aspectos.

Los ejemplos abundan pero las circunstancias son diversas. Una cosa es el Silicon Valley en California (más de 25 ciudades), el área metropolitana de Tokio, el Gran Shangai, Dubai, Bangalore en India, Dublín y otra cosa son los parques industriales en Italia, Monterrey, San José, Sao Paulo, Ciudad de Panamá y la región metropolitana de Santiago compuesta por seis provincias, como algunos de los mas variados modelos para mencionar. Cada región tiene una vocación y unas fortalezas propias para aprovechar. No todas las regiones pueden ser un “Sillicon Valley” y se tienen que adelantar diferentes estrategias para diferentes modelos regionales.

La región que comprende a Bogotá y los municipios cundinamarqueses vecinos, algunos convertidos en “dormitorios” y otros como “despensas”, con lo cual al menos 16 de estos tienen incidencia directa entre ellos y Bogotá, se constituyen en un gran reto de administración pública, un escenario ideal para fomentar una alianza estratégica con el sector privado (que produce riqueza) y laboratorio para incorporar y contextualizar lo que ocurre a nivel mundial en materia de clusters. Ahora, como lo manifiesta un reciente estudio del economista Joseph Cortright, publicado por el Brookings Institution Metropolitan Policy Program, denominado “Making sense of Clusters: Regional and Competitiveness and Economic Development” el entorno es el que genera los clusters y no es un específico cluster el que crea el entorno.

Miremos las cifras. Entre 1995 y 2002 las exportaciones de bienes de Bogotá-Cundinamarca aumentaron en 8,5% y en la actualidad representan más del 30% de las exportaciones no tradicionales del país, alcanzando una cifra alrededor de US$2.653 millones. Como región el PIB de Bogotá y Cundinamarca (US $27.800 millones, 2004) supera a ciudades como Caracas, Curitiba y Brasilia. Así mismo, es la región con mayor contribución (27,5%) al PIB nacional, cifra que es superior a la participación de Antioquia (15%) y Valle del Cauca (11%). Se estima que produce el 9% del PIB de la Comunidad Andina y supera a economías como la de Uruguay, Costa Rica, Bolivia o Paraguay.

Bogotá y Cundinamarca tiene el PIB per cápita más alto del país (US $2.975), superior al nacional (US $2.220), y el territorio donde se concentra cerca del 24%4 de las transacciones de comercio exterior del país. De acuerdo a la Subdirección Operativa del Banco de la República, la ciudad-región ha experimentado cambios dramáticos en inversión extranjera directa (IED), mientras en 1998 se alcanzaron US $3.730 millones, en el 2000 únicamente fueron US $205 millones y en el 2001 se recupera a 2.080 millones. En el periodo 1996 a 2004 se superaron los US $13.000 millones. De acuerdo al Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Bogotá la Economía en Bogotá completó 7 años de crecimiento continuo al subir 5,6 por ciento en el 2006.

Gracias al Consejo Regional de la Competitividad (CRC) promovido por la Cámara de Comercio de Bogotá, la Alcaldía Mayor, la Gobernación de Cundinamarca, el Comité Intergremial de Bogotá y Cundinamarca y la Corporación Autónoma Regional, CAR, y la mesa regional Bogota-Cundinamarca creada, se ha avanzado significativamente en aspectos como construir confianza interinstitucional, capacitación y visión compartida.

El modelo tradicional de negocios esta cambiando y esto exige comprensión, flexibilidad y decisión para innovar estrategias que ofrezcan soluciones locales a problemas globales. Se requiere construir, consolidar y sostener entornos atractivos para ofrecer calidad de vida y atraer negocios en una ciudad-región. La estabilidad económica regional requiere identificar los clusters y los nichos de mercado defendibles, que no sean replicable en las mismas circunstancias en otra ciudad-región. No todas las ciudades-región nacen iguales y mucho menos se puede pretender que una ciudad-región ofrezca todo a todos. No hay duda que estamos en plena transición de un mundo unipolar a uno multipolar y por lo mismo una efectiva agenda de competitividad, emprendimiento y productividad que incentive la inversión extranjera es fundamental para el desarrollo integrado y sostenible.

Así como la encuesta “Mejores Ciudades para Hacer Negocios en América Latina” de la revista América Economía realizada en el 2003 y 2004 confirmo que Bogotá es considerada como uno de los principales centros de negocios del continente, y otro estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud la clasifica como la tercera más contaminada en Latinoamérica, el propósito esencial para el próximo Alcalde Mayor de Bogota, el Gobernador de Cundinamarca y los alcaldes de al menos los 16 municipios que conviven económicamente es consolidar la ciudad-región en el lugar ideal para invertir y hacer negocios en Suramérica.

* MPA – Consultor Internacional