OPINIÓN ONLINE

Las niñas pueden

En estos días de navegación mental donde pienso que la vida debe estar más allá de producir billetes y escalar posiciones profesionales, pensé en qué tanto estamos haciendo por las nuevas generaciones en términos de igualdad.

15 de mayo de 2016

Me encontré con una página muy interesante que muestra cómo muchas veces la desigualdad empieza en la educación y en los modelos con los que crecen nuestras niñas y niños. En esta web chilena del Programa de Género, Educación y  Trabajo (#las niñas pueden) se observa como los niños y niñas tienen las mismas capacidades para aprender pero ya desde 1 de Primaria las niñas sienten que son “malas” en matemáticas y  sienten que los niños son mejores y como solo el 13% de las niñas estudian posteriormente alguna ingeniería.

Estamos llenando de paradigmas aun a nuestras niñas? Aunque obviamente las cosas han cambiado mucho frente a la situación de décadas anteriores es cierto que nuestros niños aún son educados con machismo, en  algunos hogares más y en otros menos pero al final con dosis de paradigmas culturalmente arraigados.

Todavía veo en algunos  niños esa educación, llenamos de estereotipos donde se puede decir a un chico “pareces una nena”, “que te pasa Barbie” e incluso la famosa frase que todos conocemos “los niños no lloran”. Todo esto por supuesto hace parte de una educación que llegara a los líderes de las empresas dentro de pocos años.

A pesar de que Colombia presenta  estadísticas mejores que el resto de Latinoamérica  en términos de mujeres contratadas y en Fuerza Laboral aun nos queda mucho por trabajar. Aunque el 53% de la fuerza laboral es femenina solo un 4% de mujeres son Vicepresidentes y solo un 1% CEOs.

Estamos entonces en un tema de decisiones de corto plazo? Como líderes de Organizaciones tenemos que reflexionar en el legado que debemos dejar a nuestras niñas y niños. Yo tengo una hija y me gusta pensar que ella no tendrá techos de cristal ni será discriminada por ser mujer. Aun mejor, creo que ella misma no caerá en el dilema y el complejo de culpa por no dedicar el 100% de su tiempo a sus hijos…si es que decide tener su propia carrera profesional.

Todos podemos hacer algo por la inclusión y por cambiar un poco el mundo, el país. No se trata de un discurso feminista, más bien de apropiarse del concepto de diversidad e igualdad. Qué tal si los que hoy somos líderes y cabeza de equipo pensamos en nuestros equipos desde la óptica de…si fueran mis hijas?

Muchas veces que escucho comentarios discrimatorios (increíble pero aun se escuchan) o veo chistes estereotipando a las mujeres pienso en si eso que parece banal realmente tiene un trasfondo cultural que nos bloquea incluso en decisiones gerenciales.

Sin radicalismo. Sin exacerbar. Sin llorar. Usando el sentido común, el mundo es heterogéneo, necesitamos hombres y mujeres para  aportar que la diferencia no nos separe sino que  si no que nos una.  Que nos haga ser mejores personas y tomar mejores decisiones.

Mi mensaje hoy por tanto es muy simple. Desde la posición donde estemos, desde el rol que tengamos y si tenemos la posibilidad de permear Organizaciones pensemos que legado dejamos y cómo nos gustaría que traten a nuestras hijas en el futuro. Si no tienen hijas, hermanas, madres o lo que sientan cercano. Las decisiones que marcan el futuro se toman en el presente y es nuestra responsabilidad ayudar a que las niñas puedan!