CLAUDIA VARELA

La más loba

Para mí, quedó claro que como líder quiero ser la más loba.

Claudia Varela, Claudia Varela
20 de agosto de 2017

Entre más conozco al ser humano más quiero a mi perro. Los animales hacen todo el tiempo un millón de cosas para enseñarnos. Si siguiéramos algunas de sus conductas en el quehacer de las empresas tal vez los resultados organizacionales serían más sencillos de conseguir.

Hace poco encontré algo en redes sociales que me gustó mucho. Relataba la forma como una manada de lobos emigraba a un sitio más cálido en un invierno salvaje en algún lugar del mundo. La manera como se alineaban naturalmente me dio una lección de liderazgo increíble.

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Había tres lobos en frente del grupo. Podría pensarse que era el líder supremo y sus colegas (en términos de gobierno, el presidente y los vices) pero no… eran los lobos más viejos que marcaban el ritmo para que nadie se quedará atrás; mensaje aplicado: un equipo trabaja al ritmo del más lento de sus miembros, pero además el respeto por la experiencia y la veteranía es claro.

Los cinco lobos que seguían eran los lobos más fuertes y mejores, tenían la misión de proteger la parte delantera del grupo si había un ataque. En la lógica corporativa deberían ser los miembros más comprometidos del equipo, esos que de verdad piensan y sienten que lo más importante es proteger los objetivos colectivos. Se trata de fortaleza, no de edad, no de género, no de buenos padrinos; estos cinco puestos se ganan por que se merecen.

Luego seguía un paquete grande de lobos. Su misión era seguir juntos, llevar el ritmo, ayudar a observar, hacer parte del bloque, marcar el camino. Son parte importante del grupo y son protegidos, su misión incluso está en preservarse, saben caminar y seguir. Esta es la inmensa mayoría de quienes apoyan la misión organizacional.

Había de nuevo otros cinco lobos atrás. Fuertes y comprometidos con el grupo total. Su misión es proteger la retaguardia.

Había además un último un lobo atrás. Mirando y protegiendo. Se trataba del líder cuya misión era mantener la manada unida y en el mismo camino. Siempre dispuesto a cambiar el ritmo de ser necesario, a tomar decisiones para que todo su grupo sobreviva y a servir de guardaespaldas de toda su manada.

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Que bueno que pudiéramos aprender de los animales. Son básicos y en ellos solo existe el espíritu de coexistencia y solidaridad para sobrevivir. Podría pensarse que su mundo es hostil por que son carnívoros y al final se alimentan de otros animales, pero no se matan por gusto, lo hacen porque necesitan subsistir y ese es su sistema.

El liderazgo bien entendido vigila y cuida al equipo. Lo respalda y pone los objetivos grupales por encima del ego. Esto lo refuerzan muchos pensadores y líderes reconocidos del mundo entero. Recordé en mi ejercicio de lobos a John Maxwell (orador norteamericano) cuando advertía que un buen líder es aquella persona que acepta más de lo que le toca de culpa y menos de lo que le corresponde de crédito… versión humanizada de mi historia de los lobos. Protector, visionario, sin ego, marcando el paso… ese es mi lobo de sueños. Para mí quedo claro que como líder quiero ser la más loba.

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