JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

¡Deje de prepararse para estar listo, actúe ahora!

Si usted quiere un cambio en su vida, comience a priorizar lo importante por encima de lo urgente. Deje de prepararse y comience a actuar hoy.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
2 de agosto de 2017

¿Qué hace la diferencia entre una persona exitosa y una que no lo es? Su capacidad de actuar. Bien sea en los negocios, en la vida personal o en la búsqueda del propósito, cuando se quiere lograr algo significativo, tomar cartas en el asunto es la respuesta para alcanzar el éxito. El problema, es que resulta común llenarse de excusas para ir aplazando lo que verdaderamente deseamos hacer, y así la vida se va esfumando detrás de prioridades aplazadas y frustraciones por sueños sin cumplir. Esté muy atento, porque es fácil perderse en lo urgente y dejar de lado lo que verdaderamente es importante. Entonces, ¿Qué es importante hoy para usted? ¿Qué sueños está aplazando? ¿Qué ideas se ha guardado por miedo a fracasar o ser criticado? Si usted no decide hacer algo al respecto hoy, es posible que cuando tome la decisión de hacerlo ya sea demasiado tarde.

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Pero para tener el valor de llevar las cosas a la acción, hay dos temas fundamentales que se deben revisar: el miedo y la procastinación. Frente al primero, vale la pena preguntarse siempre: ¿Qué es lo peor que puede pasar? La realidad es que la acción vence el miedo, y que en la mente, los escenarios siempre se perciben más complejos de lo que en realidad son. Por eso, deje de lado ese instinto que le dice que va a fracasar, que será criticado, que es mejor quedarse en el lado seguro y sálgase de su zona de confort. Muchas veces, ese miedo surge de las historias que nos contamos a nosotros mismos basadas en experiencias del pasado. Pero hasta que no comience a enfocarse en los hechos y deje de lado las historias, será muy difícil tomar la iniciativa para hacer algo. Tener una imaginación activa es una habilidad maravillosa para resolver problemas y buscar la innovación, pero cuando se aplica demasiado a la vida personal, esta puede traer más confusión que resultados.  

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¿Cómo dejar entonces de analizar y comenzar a hacer? Lo primero es establecer pequeñas metas. Una investigación de Dan Ariely, demostró que el ponerse pequeñas metas, en vez de una fecha límite para alcanzar un gran objetivo, genera mayores probabilidades de cumplir con la tarea con la menor cantidad de errores posibles. Además, el celebrar las pequeñas victorias genera motivación y como consecuencia desarrolla refuerzos positivos que movilizan las acciones. Por otro lado, está demostrado que nuestro cerebro está diseñado para pensar en términos de corto plazo, por lo que imaginar grandes metas a futuro, es percibido por el inconsciente como un trabajo arduo, y por esta razón, tiende a dejarse al final de la lista de prioridades, haciendo que aplacemos aquello que quisiéramos lograr para la vida, por priorizar correos urgentes, reuniones que no dan espera y cargas laborales por encima de las relaciones personales.

Una forma de cambiar la mentalidad para obtener mejores resultados, es enfocarse más en los beneficios de la acción que en el costo o molestia que genera el esfuerzo para lograrla. ¿Cómo hacerlo? Visualice la meta, comparta sus metas con alguien que le haga rendir cuentas de los pasos que avanza y tenga siempre presente el costo de no actuar, pues esto puede convertirse no solo en su principal recordatorio de por qué desea hacer las cosas, sino también en la motivación que generará un cambio.

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