OPINIÓN ONLINE

¿Cómo diferenciar un buen proceso de coaching de uno no efectivo?

Un proceso de coaching puede ayudar a que los resultados de la personas y la empresa se maximicen, se abran múltiples posibilidades y se descubran nuevas alternativas o puede ser un desastre. 

Maria Gabriela García
12 de julio de 2016

“La verdad está en el descubrir, no en lo descubierto”- Nisargadatta

Mucho se habla del coaching a nivel empresarial y en una conversación entre dos ejecutivos se escucha lo siguiente:  A: Estoy en un proceso de coaching y llevo como diez sesiones…. B:Y, ¿cómo te ha ido?, ¿eso para qué sirve? A: Me ha ido bien, me ha servido para hablar de todo en general, un poco de mi familia, el trabajo, la vida y la coach queridísima; fuimos a desayunar y hasta ahora creo que tengo que mejorar mi relación con mi padre, acercarme a él, ahí vamos. B: ¿Y eso cómo te va a ayudar a mejorar el liderazgo en la empresa que fue para lo que contrataron este proceso de coaching ejecutivo? A: Pues hasta ahora no sé, de pronto más adelante. Y es en este momento que claramente no se entiende el propósito del proceso y se puede empezar a diferenciar el buen proceso de uno no efectivo.

En un buen proceso de coaching se plantean objetivos que deben estar centrados en aspectos que la empresa ha determinado que debe fortalecer la persona. Luego, una vez ya está claro el tema, se programa con el coach y la persona (coachee) una sesión de introducción, donde se define el contexto que se va a trabajar y se ponen de acuerdo. Durante la sesiones posteriores, se explora la situación que se puede abordar con el asunto a fortalecer y de acuerdo al enfoque del coach, el cual puede ser ontológico y/o de acción. Se profundizarán los aspectos en relación a lo que definieron trabajar, se diseñarán acciones de futuro y se establecerá un plan que le permitirá al coachee desarrollar nuevas alternativas para hacer las cosas con un retorno para la persona y la empresa en donde se puedan medir los resultados del proceso.

En un proceso de coaching no efectivo no se pauta el contexto, no se definen los objetivos claros a alcanzar, se habla de múltiples temas, se abordan asuntos familiares y del pasado con preguntas centradas en explicaciones de por qué hace lo que hace, que ayudan a justificarse pero no a mirar cómo hacerse cargo del cambio, las cuales no benefician a la empresa. Sin embargo puede que al coachee le haya gustado ese espacio para hablar, hacer una pausa en sus labores y/o reflexionar. Al final la empresa se da cuenta de que le genera un alto costo y pobres resultados frente a un planteamiento de mejoramiento inicial.

Las empresas deben estar muy atentas a la hora de contratar este tipo de servicio porque resulta que ahora cualquier persona que hace un proceso de asesoría o un acompañamiento dice que está haciendo coaching y no hay tal, así entonces se debe exigir inicialmente una certificación que garantice que hay un coach profesional avalado por una institución que tenga convenio con la ICF por sus siglas en inglés y en su traducción: (Federación Internacional de coaches) el cual respalda que se trabaje bajo una metodología y se tengan parámetros claros de resultados. Lo siguiente a verificar es el tipo de coaching que hace el coach; ya que se encuentran varias corrientes como la ontológica, de vida, empresarial de acción, resulta pertinente que los responsables de la contratación de estos profesionales comprendan cómo es el abordaje y cómo se presentará el seguimiento a la empresa y los futuros resultados, para que no pase lo que le ocurrió a una gerente nueva de gestión humana que estaba haciendo seguimiento al proceso de coaching ejecutivo que le entregaron para y cuando le preguntó a la coach: - ¿Cómo van?, dame un informe de los avances, la coach contestó que la sesión era confidencial y no podía informar los avances pero que llevaban trabajando seis meses en eso y ¡Vamos bien!

Finalmente el enfoque es que, desde un buen proceso de coaching, cada persona pueda expandir su capacidad de acción en la búsqueda y realización de sus objetivos para beneficio propio y de la empresa, incluso llegando a diferentes entornos que hacen parte de la vida de cada individuo.