OPINIÓN ONLINE

Traer de vuelta la demanda por bienes y servicios

Además de la política monetaria con tasas de interés negativas, hay que explorar otra forma de estimular la demanda.

23 de abril de 2016

Desde que inició la crisis financiera del 2008, el crecimiento económico no ha regresado a las economías industrializadas y solo durante un periodo de cinco años entre 2009 y 2014 las economías no industrializadas experimentaron un crecimiento superior a las economías desarrolladas que estuvo impulsado por precios altos de los commodities.

Las mayores economías emergentes tienen cursos opuestos al crecimiento. Rusia está en una recesión por las sanciones de occidente luego de la anexión de Crimea, el Brasil pasa por su peor crisis económica en muchos años con una inflación elevada y una contracción económica que se espera será del 3,5% del PIB para este año. China ha estado luchando desde el primer trimestre del año pasado por contener un derrumbe de su mercado de valores y por impulsar la demanda interna ahora que sus principales clientes Estados Unidos y Europa han disminuido la demanda. Por el lado de las economías industrializadas Europa no ha salido del todo de la recesión y para este año el FMI prevé un crecimiento de la eurozona del 1,7% mientras Estados Unidos espera crecer al 3%.

El inconveniente que enfrenta la economía luego de la crisis financiera es que la demanda no ha regresado, no lo ha hecho ni desde los hogares, ni desde las empresas y tampoco desde los gobiernos, a pesar de que las tasas de interés especialmente en las economías industrializadas se encuentran en niveles históricamente bajos, y en el caso de Japón y Europa son negativas, también la FED en Estados Unidos ha dicho que no descartará usarlas si lo estima conveniente. Pero la demanda no ha vuelo a pesar de que se supone que tasas de interés bajas o negativas deberían impulsar la demanda desde los hogares, la inversión de las empresas y el gasto de los gobiernos.

Los hogares no están consumiendo más porque su nivel de endeudamiento es alto y el desempleo no ha cesado particularmente en Europa, por otro lado los hogares ahora son cautos a la hora de endeudarse para comprar porque no conocen sus expectativas de ingreso dado que el mercado laboral es más inestable y los salarios se han contraído en términos reales, entonces para compensar la pérdida de poder adquisitivo los hogares reemplazaron con más horas trabajadas y endeudamiento lo que perdieron en el mercado laboral.

Cuando los hogares se endeudan, lo que hacen es comprometer sus ingresos del futuro puesto que tendrán que devolver las deudas más los intereses, entonces en la práctica las deudas de los hogares retiran parte de la demanda a futuro porque su ingreso disponible disminuye en la misma medida que tienen que atender los pagos. Por otro lado, más horas trabajadas por los mismos trabajadores es más ingreso para ellos, pero limita la incorporación de nuevos trabajadores al mercado laboral, lo que va en contra de combatir el desempleo y aumentar la demanda.

Una solución para que vuelva la demanda es aumentar los salarios, con ello se logran dos cosas. La primera, es que se disminuye el nivel de endeudamiento de los hogares y aumenta su ingreso disponible, además reduce las horas que requieren trabajar para mantener su estilo de vida lo que libera puestos de trabajo contribuyendo a disminuir las tasas de desempleo. La segunda es que permite que vuelvan a demandar más bienes y servicios que serán pagados con el nuevo ingreso disponible.

Si los hogares vuelven a incrementar su demanda las empresas tendrán que producir mayor número de bienes y servicios absorbiendo el exceso de capacidad instalada que tienen, solo en ese momento darán paso a invertir, puesto que el solo hecho de tasas de interés bajas no asegura la rentabilidad de sus inversiones y menos aún que exista demanda por sus productos. Por el lado de los gobiernos esto sería una buena noticia porque menor desempleo, mayor demanda, y crecimiento de las empresas alivian las cargas fiscales de los programas de asistencia e incrementa el recaudo de impuestos sobre todo los relacionados al consumo.