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Cinco niveles de pertenencia

"¡Aquí todos somos la empresa, por eso debemos dar lo máximo por ella!" ¿Ha escuchado esta expresión proveniente de quienes dirigen su organización? Opinión de Germán Retana.

Dinero
19 de noviembre de 2012

El gran supuesto para que la misma sea cierta es que los miembros crean en su validez. Hay cinco formas de lograr que, en verdad, se despierte un sentido de pertenencia.

Nivel 1: Alineamiento personal. Percibirse respetado, digno y en franco crecimiento integral, es un paso importante para que nazca la adhesión emocional hacia la empresa. Verificar que las promesas de valor agregado por pertenecer a la misma se cumplen, hace que la motivación para trabajar fuerte sea una forma de reciprocidad.

Nivel 2: Delegación. La confianza en la persona se expresa responsabilizándole de la ejecución de labores conforme a las instrucciones de sus jefes. Así inicia un sentimiento de importancia y, por ende, la autoestima. Percatarse de que el desempeño propio impacta resultados de la empresa genera vínculos y conciencia de relevancia individual.

Nivel 3:
Empoderamiento. Aportar criterio propio, poseer facultad o licencia para innovar o hacer cambios guiados por valores y políticas, detona la pertenencia. Rendir cuentas por resultados y gozar de libertad de decisión enaltece la autoconfianza, la creatividad y eleva el sentido de control sobre el rendimiento propio. "Si tengo poder de decisión es porque soy miembro importante de mi empresa", piensan los facultados.

* Profesor Incae Business School

Nivel 4: Beneficios directos. Si los resultados impactan los incentivos individuales, cada cual se alinea para procurar que éstos sean lo mejor posible. La proactividad indica apropiación de los objetivos, la rendición de cuentas es exigente pues nadie quiere perder las oportunidades. Esto no significa supeditar el esfuerzo al ingreso económico, ya que también hay otras satisfacciones como capacitación, mejoras del ambiente físico, del clima laboral y promoción, entre otras. Pero, la relación directa entre beneficios y calidad de desempeño genera un mayor interés por ser parte del equipo y disfrutar los premios.

Nivel 5: Propiedad. Abrir la participación accionaria a los miembros de la empresa impulsa un sentimiento de ser dueños de ésta. Consecuentemente, el compromiso con las metas alcanza el máximo nivel. Imaginemos lo que sucedería en las entidades de servicio público si sus miembros se sintieran accionistas -como lo son- al ser ciudadanos laborando en ellas.

Lo loable es constatar que personas con alto profesionalismo, responsabilidad y compromiso con una auténtica ética laboral, no dependen de incentivos o condiciones ajenas a su conciencia, para dar lo máximo de sí mismas a la empresa de la que depende su futuro y el de su familia. Así, en esa íntima conciencia, nace el supremo sentido de pertenencia.