Camilo Díaz Urrea

Bancarización y costo de los servicios financieros

Menores costos financieros y mayor remuneración del ahorro pueden incrementan la profundización financiera y el uso de los sistemas formales de ahorro. Opinión de Camilo Díaz Urrea.*

14 de abril de 2014

Desde hace tiempo en Colombia se viene discutiendo la necesidad de que un mayor número de personas cuente con acceso al sistema financiero tradicional como una forma de reducir la exclusión financiera y permitir que más ciudadanos puedan acceder a productos de crédito formal, y a mecanismos de ahorro donde sus recursos estén amparados por la regulación y el control que el estado ejerce sobre el sistema financiero, esto ha sido llamado “bancarización”, el término indica que los ciudadanos tengan por lo menos un producto o servicio activo con el sistema financiero, por ejemplo, una cuenta de ahorros, un seguro o un crédito.

Otro aspecto esencial ligado a la bancarización es la educación financiera de la población, esta es entendida como la habilidad que tienen las personas para manejar adecuadamente el dinero conforme a sus ingresos, de una manera más sencilla la educación financiera es la capacidad que tienen los individuos para planear sus gastos, elaborar presupuestos personales y construir planes de ahorro para cumplir con propósitos específicos o afrontar contingencias. Esto incluye por supuesto un adecuado plan de ahorro pensional que garantice suficientes ingresos al momento del retiro.

En relación a lo anterior Colombia parece estar en el vacío, frente a la profundización financiera o mal llamada “bancarización” según datos de Asobancaria el 71,5% de los adultos tiene al menos un producto financiero, y el 65,6% tiene cuenta de ahorros, sin embargo solo el 43% la tiene activa mientras que únicamente el 34% tiene un producto de crédito, esto quiere decir que más de la mitad de la población no tiene o no usa cuenta de ahorros y, dos de cada tres colombianos no tienen acceso al crédito formal.

En cuanto a la educación financiera de los colombianos los datos son aún más reveladores, la encuesta de habilidades financieras realizada por el Banco de la Republica y el Banco Mundial en 2013 halló que, la mayoría de Colombianos no tienen un control eficiente de sus gastos ni sabe exactamente cuanta cantidad de dinero puede gastar diariamente, a su vez el horizonte de planificación financiera del 46% de los encuestados es de máximo un mes y el restante no hace planeación financiera, las personas de ingresos bajos y los empleados informales enfrentan dificultades económicas y menos de la mitad de las personas ha tomado medidas para poder enfrentar sus gastos durante la vejez. Otras conclusiones encontradas están relacionadas con la capacidad para calcular el interés y el valor del dinero en el tiempo, y llevar un nivel de gastos ajustado a las posibilidades económicas, en estos puntos Colombia se encuentra dentro de la media aunque con un bajo desempeño en lo referente a la constitución de fondos para imprevistos.

Las razones para que en Colombia exista una baja inclusión financiera y poca educación financiera en la población son varias, entre ellas se cuentan la idiosincrasia, la cultura, y de manera más predominante el ingreso disponible, la calidad del empleo y el costo de los servicios financieros los cuales son percibidos por las personas como costosos de acuerdo con el Banco Mundial el 44,5% de las personas por fuera del sistema considera que los altos costos de los servicios bancarios les impide acceder a los mismos mientras que un 62,8% no tienen el dinero suficiente para acceder a estos servicios.

Esto coincide con el costo de los servicios que paga una persona por tener una cuenta de ahorros, un ejemplo concluyente es el siguiente, una persona que tienen disponible 1 millón de pesos y desea ahorrarlos en una cuenta de ahorros tendrá que asumir los siguientes costos, mantener un saldo mínimo de $10 mil pesos, saldo mínimo para recibir intereses $1 millón, cuota de manejo de $9 mil por mes, y solicitar la marcación de su cuenta para exonerarla del 4 x 1.000. Si asumimos que se mantienen el saldo de 1 millón de pesos al cabo de un año la persona solo podrá retirar $882 mil pesos esto como consecuencia de que habrá pagado $108 mil en cuotas de manejo y deberá dejar $10 mil como saldo mínimo sopena de tener que cancelar su cuenta, si la cuenta no fue exenta del 4 x 1.000 el dinero disponible se reducirá a tan solo $878 mil pues habrá tenido que pagar $3.528 como gravamen a los movimientos financieros.

Lo anterior muestra porque gran parte de los colombianos prefiere guardar su dinero en casa y no llevarlo al banco dado que los costos convierten a las cuentas de ahorros en cuentas de des – ahorros, donde el dinero gana bajísimos rendimientos, cuando estos existen, y en cambio tienen restricciones en cuanto al número de transacciones sin costo al mes, uso de cajeros electrónicos y transferencias electrónicas a cuentas de otros bancos o entre ciudades cuyos costos oscilan entre $7 mil y $12 mil respectivamente.

La profundización financiera requiere que ahorrar a través del sistema financiero formal no tenga un alto costo asociado, y que al contrario se pueda esperar una recompensa atractiva por hacerlo, así la sociedad se beneficia con individuos más educados financieramente, el Gobierno puede recaudar impuestos, prevenir el fraude y los delitos relacionados con el lavado de activos de manera más eficiente, mientras la banca se beneficia de un mayor número de clientes con productos activos más la posibilidad de hacer nuevas prospecciones, a la vez que se incentiva un menor uso del efectivo y mayor uso de los canales electrónicos para hacer transacciones.

Por último mecanismos de ahorro menos costosos y mejor remunerados ayudan a evitar que las personas caigan en la trampa de los delincuentes que ofrecen mejores rendimientos y costos nulos de administración de los ahorros, como los esquemas piramidales tristemente recordados por muchos ahorradores que han sido estafados en la búsqueda de un mejor rendimiento.


*Coordinador Unidad de Análisis del Mercado Financiero UAMF. Faculta de Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Colombia.
dcdiazu@unal.edu.co