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Un país de “ustedes” y “nosotros”

Presidente, usted es el presidente de todos, aquí no existe un “ustedes” y “nosotros”. Aquí vamos a ser todos los que perdamos si usted insiste en escuchar solo los cantos de sus aduladores y no los gritos de un país completo, que le pide, por favor, que no nos divida más.

Diana Saray Giraldo
4 de mayo de 2024

Del Gustavo Petro conciliador que al final de su campaña a la presidencia prometía ser el mandatario que lograría unir al país ya no queda nada. Con el correr del tiempo y el llamado a las calles, Petro se muestra cada vez más radical y pendenciero, y en su discurso Colombia empieza a quedar partida en dos bandos.

En la visión del presidente, de un lado están la oligarquía, el establecimiento, el poder político, los medios de comunicación, losempresarios, que quedan resumidos en dos palabras: ricos y uribistas. Para Petro, todo empresario es rico, todo rico es uribista y todo uribista es algo así como el demonio.

Del otro lado están los trabajadores, los empleados, las madres cabeza de familia, los ancianos, los indígenas…, que quedan resumidos en “el pueblo”, y para Petro todo “su pueblo” lo sigue, y todo lo que él lidera es bueno.

Este discurso del presidente es cada vez más radical y lleno de adjetivos, en el que no deja de llamar ricos a unos y pobres a otros, y todo rico es malo y todo pobre es víctima de un rico. Pero esta división que Petro hace del país en clases sociales la lleva también a la calle, e insiste en que las protestas solo son legítimas y encarnan una voz que debe ser escuchada cuando provienen de quienes lo siguen y piensan como él. Así, solo son válidas las protestas que apoyan a su Gobierno, pero no las de sus opositores. Los que marchan con él son el pueblo, los que marchan en contra de su Gobierno son la oligarquía.

Lo que vimos esta semana, además de preocupante, es triste, porque muestra claramente el camino de lo que vendrá. Mientras que el 21 de abril los opositores al Gobierno marcharon de forma multitudinaria y llenaron las calles con pancartas y cantos en contra del Gobierno, el presidente minimizó su alcance. En sus redes sociales, donde tanto le gusta expresarse, el mandatario afirmó: “Las manifestaciones contra el Gobierno tuvieron más o menos 250.000 personas en todo el país, fueron fuertes en su orden en Medellín, Bogotá y Bucaramanga. En las demás ciudades, alcanzando 18 sitios, fueron débiles”. Petro negó la fuerza de estas marchas, pero no solo eso, dijo que quienes marcharon lo habían hecho engañados. Luego cambió la versión y en un trino difícil de leer, por extenso y complejo, aseguró que se comenzaba a construir el “golpe blando”, de la mano de los medios (que siempre tilda de mentirosos), de la extrema derecha y de la oligarquía, que estaban detrás de esa manifestación ciudadana. “Una y otra vez se estrellan, pero su objetivo sí es claro, buscan la excusa para tumbar al presidente de la república, porque defiende a los trabajadores, a los campesinos, a la gente indígena, a las regiones excluidas y al barrio pobre… Ya habló el odio, ahora que hable el amor”. Y volvió a su discurso de ricos y pobres.

Su llamado a marchar el primero de mayo no fue más que su respuesta a esa marcha del 21 de abril, que el mismo Petro llamó “la marcha de la muerte”, mientras que a la de él la bautizó “la marcha de la vida”.

Así, cada vez con más fuerza, el presidente Petro divide el país en “ustedes y nosotros”, donde en su “nosotros” solo caben los colombianos que lo siguen, lo aplauden y apoyan su Gobierno, mientras que en “ustedes” están todos los demás, que en su imaginación conspiran, hacen tratos con narcotraficantes, se financian con grandes multinacionales y preparan su “golpe blando”, cuando al final no son más que colombianos preocupados, porque la luz les está llegando más cara, porque perdieron su empleo, porque la gasolina sube y hay que pagar más impuestos.

Pero resulta que es imposible dividir a Colombia en empresarios malos y trabajadores buenos, en ricos y en pobres. ¿A partir de qué momento alguien es rico para el presidente? ¿Tener un empleo, o un emprendimiento, o una vivienda, clasifica como rico? Este país está hecho de empresarios que surgieron a pulso, de trabajadores que no descansan, de madres solteras, que pueden ser empleadoras o empleadas, de personas humildes que pueden no estar de acuerdo con lo que el presidente piensa o de ancianos que no apoyan, por ejemplo, los incentivos que se están dando a los jóvenes por no delinquir. Este país está lleno de mixturas, de personas que pensamos distinto, que tenemos historias distintas, y no es posible encasillarnos todos en un lado o el otro. Pero Petro ha olvidado que es el presidente de toda la República de Colombia, de la que lo sigue, de la que no lo quiere, de la que ni siquiera sabe que él es el presidente. Y su obligación es pensar en una Colombia toda. Por mandato constitucional, el presidente de la república simboliza la unidad nacional.

Ninguna nación dividida sale adelante. El presidente alienta día a día esta división de país para que unos sientan a los otros como enemigos, sobre todo alimentando un odio de clases que está llevando cada vez más a que el empresario se mire como un agresor, como si hubiera llegado a construir su empresa a costa de la vida de los demás. Y esa no es la historia de la mayoría de empresarios de este país. Colombia está hecha de historias de superación, de personas que no descansaron hasta sacar adelante su sueño, de miles de noches en vela y de trabajos de sol a sol. Este no es el país de los grandes herederos. Es el país de los grandes trabajadores.

Presidente, usted es el presidente de todos, aquí no existe un “ustedes” y “nosotros”. Aquí vamos a ser todos los que perdamos si usted insiste en escuchar solo los cantos de sus aduladores y no los gritos de un país completo, que le pide, por favor, que no nos divida más.

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