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Diego Vélez

Quién le pone el cascabel al gato

Si los roles no son claros y los miembros de la familia que trabajan en la empresa hacen todo lo que les parece, ¿no se puede esperar lo mismo de aquellos empleados que siguen su ejemplo?

Dinero
23 de mayo de 2012

Durante mi experiencia como consultor en empresas de familia he percibido que en varias de ellas no se cuenta con perfiles de cargo para los miembros de la familia y que sus roles no están definidos. Podría uno decir que deambulan por todos los departamentos de la empresa, pero sus responsabilidades, objetivos y metas no son nada claros. Esto genera un malestar generalizado entre los empleados no familiares de la empresa, pero su “lealtad” con la familia no les permite poner los puntos sobre las íes a estos personajes. Nadie sabe qué hacer con ellos, ni cómo decirle a la familia que se está causando un tremendo perjuicio no solo a la empresa sino también a estos personajes.

¿Cómo pueden permanecer estas empresas a través del paso de las generaciones? Como uno mismo diría, no definir los roles en una empresa equivale a poner 11 jugadores en la cancha de fútbol sin asignarles una posición… Uno esperaría que perdieran el juego. El éxito en el juego no solo depende de la claridad de la estrategia sino también de la armonía con la que los jugadores atraviesan la cancha, y de la fluidez de sus jugadas. Todos deben tener clara su posición, el rol que desempeñan, la relación con los otros miembros del equipo y el objetivo común que los mueve: no solo jugar bien sino ganar el partido.

Aunque dirigir una empresa de familia no es equivalente a jugar un partido de fútbol, uno sí diría que los roles de la familia, así como los de los demás empleados no familiares, deberían ser perfectamente claros. Pero además, la claridad del rol no es suficiente. El ejemplo que generan los empleados de la familia accionista, muchas veces no suficientemente comprendido, es fundamental. Hay que pensar que los empleados no familiares rinden un “tributo” de emociones a la familia, y su ejemplo es la voz del honor. Si los roles no son claros y los miembros de la familia que trabajan en la empresa hacen todo lo que les parece, no tienen objetivos, no tienen responsabilidades y no miden sus actuaciones, ¿no se puede esperar lo mismo de aquellos empleados que siguen su ejemplo?

La definición de roles en una empresa implica establecer el lugar y funciones de cada cargo dentro de la compañía, con el fin de crear una estructura en la que todos los funcionarios puedan trabajar en equipo, en pro del bienestar y éxito de la compañía, sin competir entre ellos. Al no definir los roles de los miembros de la familia empresaria se pueden generar otras consecuencias negativas. La distribución de las cargas de trabajo resultaría inequitativa, y medir los resultados sería poco menos que imposible. El trabajo del grupo se vería deteriorado y los resultados negativos para la empresa no se harían esperar.

Por todo lo anterior, elaborar una buena definición de roles implica definir los objetivos y funciones de cada cargo, su ubicación en el organigrama de la compañía y la forma en la que dichos objetivos y funciones se relacionan con los demás cargos. Esta definición no es estática; por el contrario, es importante que se observe periódicamente y se ajuste a los cambios del entorno y a las metas de la compañía. Así, establecer una estructura organizacional con roles definidos, incluso de los empleados familiares, agiliza los procesos de toma de decisiones y fomenta una buena contratación del talento. Además, le permitirá a cada uno de los miembros de la compañía y de la familia identificar su aporte en el cumplimiento de la visión y las metas de la empresa. La pregunta sería: “quién le pone el cascabel al gato”

Señor empresario: “Si su empresa marcha bien sin contar con una clara definición de roles, puede considerarse un afortunado… pero cúbrase las espaldas invirtiendo tiempo para definir las responsabilidades y funciones cuanto antes”. George Cloutier (Fundador de American Management Services, experto en negocios, creador de uno de los fondos de becas de Harvard Lucille C. Scholarship Fund. No olvide que dejar al gato sin su cascabel le puede ocasionar una desgracia en el futuro.

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