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Para los transportadores de carga el tema de la chatarrización debe ir rodeado de una política integral que establezca cual es la vida útil de los camiones y los periodos de transición para sacar los vehículos del mercado por lo menos a seis o siete años. | Foto: Germán Enrique Núñez

Transporte en alerta

Teme la paralización de 1.700 camiones en el sector petrolero y 600 en el de minas. Colfecar pide acción del gobierno.

Germán Enrique Núñez
24 de febrero de 2009

Paralelo a la preocupación por la contracción de la demanda interna, al pobre crecimiento económico que se prevé y al chaparrón que vendrá como consecuencia, el sector de transporte de carga por carretera agremiado en Colfecar alertó por la posible paralización de 1.700 tracto camiones del sector petrolero y de otros 600 del sector carbonífero. Con ello, dicen, se agudizaría la crisis económica y social del país.

 

Paradójicamente la dicha del campo Rubiales que entraría a operar este año se convirtió en pesadilla para muchos transportadores de carga que devengan su sustento de movilizar crudo.

 

El presidente de Colfecar, Jaime Sorzano, precisó que el oleoducto de ese campo desplazaría más de 1.700 vehículos, asunto que ya se está revisando con el ministerio de Transporte para medir el efecto y tomar los correctivos a que haya lugar.

“Nosotros estamos esperando la valoración que en este momento realizamos con el Ministerio para poder saber qué va a pasar con antelación. Otro asunto es el transporte de carbón que está siendo asumido por el ferrocarril y que conllevará nuevos problemas pues se habla de más de 600 camiones por fuera del servicio”, indicó el dirigente gremial.

 

En diálogo con Dinero.com, Sorzano dijo que la situación es grave si se tiene en cuenta que la parálisis de esta flota impactará fácilmente a más de 2.600 familias pues un vehículo cesante implica toda una cadena de problemas económicos para quienes viven de un sector que moviliza el 90 % de la carga en el país.

El gremio demandó del gobierno el cumplimiento de reglamentos y regulaciones pactadas en el documento Conpes sobre transporte, en el cual se propone el desarrollo del sector sobre programas concretos en logística y mejoras de competitividad y productividad.

 

Demandó de igual forma que el Índice de Precios al Transporte de Carga por Carretera, uno de los elementos contemplado en el Conpes del transporte sea rápidamente emitido, pues a finales del año anterior el DANE dijo que este índice ya estaba diseñado.

“Ese indicador es muy importante porque será una herramienta vital para el generador de la carga, para el empresario de transporte y para el propietario del vehículo. Con una información sin precedentes en el país se divulgaría periódicamente cómo van evolucionando los costos del transporte automotor de carga. No nos explicamos por qué este mandato está tan demorado”, afirmó Sorzano.

 

El dirigente del transporte dijo que espera que 2009 sea el año de la chatarrización en Colombia por cuanto están presupuestados para ese fin más de $140.000 millones, es decir que podrían someterse a ese proceso alrededor de 2.500 camiones, aliviando la presión sobre la oferta del parque automotor y permitiendo el equilibrio en la relación de fletes.

“Con el pago de las pólizas nosotros ya hicimos la tarea ahora le toca al gobierno ejecutar esa función a través de un plan progresivo”, declaró.

 

Para los transportadores de carga el tema de la chatarrización debe ir rodeado de una política integral que establezca cual es la vida útil de los camiones y los periodos de transición para sacar los vehículos del mercado por lo menos a seis o siete años.

Pidieron que aparezcan en el menor plazo las políticas de fomento del gobierno, pues sostienen que no sobrevivirían solamente con la plata de los empresarios. Dicen que el gobierno tendrá que “meterse la mano al dril” a través de medidas de fomento o de reducción de impuestos para vehículos a reponer.

 

Sobre compra de nuevos equipos anotó que la devaluación por si sola es una barrera para que los empresarios compren nuevos carros. No es lo mismo importar camiones a $2.400 por dólar que con una divisa que estuvo a $1.700 hace relativamente poco tiempo.

Colfecar dijo que actualmente hay una preocupación latente que puede golpear aun más el sector y es la menor demanda en Estados Unidos por la crisis financiera, el menor precio del crudo, base de la economía venezolana y la decisión de Ecuador en el sentido de cerrarle la puerta al comercio colombiano.