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El nuevo presidente lloró en su discurso de posesión.
Luis Inácio Lula da Silva, nuevo presidente de Brasil, lloró en su discurso de posesión. | Foto: AFP

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Lula de Silva se cuadró jugoso sueldazo como presidente, ¿se le olvidó la inequidad?

El mandatario tendría un sueldo 30 veces mayor al salario mínimo de Brasil.

4 de enero de 2023

Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, se posesionó este domingo como el nuevo presidente de Brasil para el período 2023-2027 y se convirtió en el primer político brasileño en acceder tres veces a ese cargo.

Durante su discurso de posesión, el líder izquierdista prometió que su principal tarea será “reconstruir” Brasil y reconciliar a sus compatriotas, pues era necesario restaurar el país sobre las “ruinas” que dejó el legado de su antecesor Jair Bolsonaro.

“Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medioambiente”, dijo Lula, que también reafirmó su compromiso por reducir la desigualdad.

El nuevo mandatario de los brasileros quebró en llanto mientras se dirigía a los ciudadanos y afirmó que la desigualdad representa el mayor de los males que afectan al Brasil, pues genera atraso y golpea la calidad de vida de las personas.

“Asumo el compromiso ante ustedes de combatir día y noche todas las formas de desigualdades en nuestro país”, aseguró el presidente Lula en su pronunciamiento.

Pese a ese discurso, la prensa de internacional ha afirmado que recientemente en mandatario de izquierda ha tomado una decisión que representaría un privilegio que solo le beneficia a él en su calidad de presidente.

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Lula da Silva aumentó su sueldo

A pesar de que Luiz Inácio Lula da Silva solo lleva cuatro días en el poder, el medio Ok Diario ha afirmado que el nuevo presidente de Brasil ya ha tomado las acciones correspondientes para poder obtener un incremento en su salario.

De acuerdo con datos emitidos por el Portal de Transparencia de la Presidencia de la República de Brasil y posteriormente recogidos por Bloomberg, Jair Bolsonaro recibía una paga de 30.934,7 reales brasileños brutos al mes, es decir, unos 27′445.572 de pesos colombianos. Pero Bolsonaro, a diferencia de otros presidentes, recibe un pago extra mensual de 1.616 euros (8′330.707 pesos) al mes por haber sido militar.

De manera que el expresidente de Brasil tenía un sueldo cercano a los 35′776.279 pesos colombianos.

Pero ahora el nuevo presidente brasileño habría logrado un ajuste en su sueldo al aplicar un incremento del 16 % a los 30.934 reales que debería recibir mensualmente, de manera que Lula da Silva recibiría un pago que estaría al rededor de 36′000.000 pesos, según señala portal mencionado.

En contraste al incremento de en el sueldo que hubo para el mandatario de los brasileros, el salario mínimo en ese país es de 1212 reales (alrededor de 1′155.134 pesos) lo cual representa un aumento del 7,42 % respecto al que monto fijado para 2022.

Así las cosas, el nuevo presidente de Brasil tendría una paga 30 veces mayor al salario mínimo mensual que reciben cerca de 30 millones de brasileños. Además, el mandatario tendrá una pensión especial de unos 9′300.000 pesos, por lo que al final de enero tendrá un ingreso de total de 45′381.281 pesos.

Por lo tanto, el presidente Lula da Silva estaría recibiendo unos ingresos anuales de aproximadamente 546 millones de pesos.

Desafíos inmediatos que Lula debe asumir

Lula tendrá desafíos inmediatos mayores a los que enfrentó en sus otras dos presidencias, que dejó con una inusual popularidad del 87 %.

Unos 30 millones de brasileños pasan hambre y la economía a duras penas logra recuperarse tras el golpe de la pandemia.

“En los primeros 100 días deberá demostrar qué rumbo tomará el gobierno. La victoria electoral fue apretada y enfrentará un país dividido con una oposición aguerrida. Necesita liderar un gobierno de pacificación y unión nacional”, explicó Leandro Consentino, politólogo del instituto Insper de Sao Paulo.

El exsindicalista deberá conquistar “credibilidad” sobre el manejo de las cuentas públicas ante una situación fiscal delicada, pese a que sus promesas de campaña requieren un aumento del gasto para financiar programas sociales, según Consentino.