Los 10 años de la Fundación A la Rueda Rueda
Es ya una década de apoyar la educación y el arte de niños y jóvenes vulnerables del Caribe. | Foto: Getty Images

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Un sueño cumplido: la fundación colombiana que le cambia la vida a niños de la región Caribe

Vivi Barguil de Sarmiento, directora de la Fundación A la Rueda Rueda, habla de cómo nació hace 10 años este proyecto que ha transformado la realidad de los niños y niñas más vulnerables de Montería.

7 de junio de 2023

¿Qué fue lo que más la marcó durante esta década de trabajo con la Fundación?

Vivi Barguil.: Me marcaron varias cosas. Que cuando uno trabaja con amor se logran resultados. Ver la felicidad de los niños. Saber que muchas veces no se quieren ir, a veces nos toca decirles que ya vamos a cerrar. Muchos prefieren ir a la Fundación y no al colegio. Eso te marca. Te da energía para seguir trabajando. También me marcó la responsabilidad de tener que mantener 400 niños mensualmente y sus programas, eso es un reto. No todo es positivo. Te marca cuando tus amigos te tiran la puerta en la cara y no creen en ti.

¿Qué la impulsó a crear la Fundación?

V.B.: Todo empezó porque yo quería ayudar a unas señoras de Montería, entre ellas mi mamá, que tenían una fundación muy pequeña. Les dije que hiciéramos algo más grande. Me motivó la generosidad de devolverle a Dios lo que me ha dado. Y qué mejor manera de hacerlo que llegando a donde sus favoritos: los niños.

10 años trabajando por la niñez del Caribe | Semana TV

¿Desde un principio tenían claro la metodología de ocio creativo?

V.B.: Al principio fue algo empírico. Nació a partir de un problema que no tiene estrato. Todas las mamás, cuando los niños salen del colegio no sabemos qué hacer con ellos. No queremos que sigan conectados al celular, al televisor, al computador. Así nacimos, como un espacio de clases. A los cuatro años consolidamos nuestra metodología. Hoy trabajamos en tres líneas: fortaleciendo las capacidades de los niños, niñas y jóvenes de Montería a través del arte y el deporte; haciendo lo mismo en las áreas de arte y educación física de las instituciones educativas del Caribe colombiano y en un modelo de enseñanza del ajedrez que combina la virtualidad con la presencialidad.

Están celebrando por lo alto los 10 años. Hace poco inauguraron el Centro de Ocio Creativo A La Rueda Rueda, ubicado en la vía Guateque, en Córdoba. ¿Qué implica esto para su labor?

V.B.: Ha sido uno de los retos más grandes que hemos tenido. Aún no lo hemos terminado, pero ya los niños cuentan con una instalación para recibir sus clases en un entorno seguro y amplio: 1.800 metros cuadrados de construcción. Los niños están felices. Para mí es un sueño hecho realidad,  yo no creía que lo íbamos a terminar. Gracias a una alianza con la Embajada de Japón, ganamos una convocatoria y nos están ayudando a terminar de construir el comedor. Hasta el momento, el centro cuenta con aulas para música, pintura, danza, boxeo y temas administrativos. Además tenemos unos salones gigantescos multipropósitos, en donde, por ejemplo, mientras terminan el comedor los niños comen.

Y en el marco del aniversario relanzaron la marca…

V.B.: Cambiamos el logo de la Fundación. El primero lo hizo una diseñadora que estaba terminando la carrera. Era divino, unos niños en un triciclo, con su pelito y su carterita. Hoy por los diez años lo cambiamos totalmente, es un poco más abstracto y con los colores de la Fundación.

La idea es seguir creciendo…

V.B.: Sí. A corto plazo el objetivo es terminar completamente el centro y la orquesta del programa de música. También queremos conseguir un aliado para los niños de boxeo, tenemos un semillero muy bueno. A largo plazo queremos que los jóvenes no solo  aprendan artes y deporte, sino enseñarles un oficio en el que se puedan desempeñar cuando estén grandes, no tiene que ser profesional, pero sí que sirva como una herramienta más para su vida.

¿Cómo pueden apoyarlos?

V.B.: Es muy fácil. Me contactan o entran a la página de la Fundación A la Rueda Rueda. Nosotros ya estamos en capacidad de ir con nuestra metodología a cualquier lugar del país e incluso fuera de Colombia. Para quienes quieran colaborarnos apadrinando los programas para los niños, las puertas están abiertas. Saben muy bien que aquí hay garantías: sólo se trabaja por y para estos niños.