Mario Monti, principal candidato a sucesor de Berlusconi. | Foto: Efe

Italia

Monti presenta plan de austeridad

El primer ministro italiano, Mario Monti, dijo el jueves que Italia enfrenta una seria emergencia y prometió rigor y equidad en las profundas reformas destinadas a sacar al país de la crisis financiera.

17 de noviembre de 2011

En su primer discurso ante el Parlamento, Monti dijo que la supervivencia del euro en parte depende de que Italia se embarque en reformas radicales en las próximas semanas.

La Unión Europea (UE) está enfrentando su desafío más difícil, agregó.

"El Gobierno reconoce que fue formado para resolver una seria emergencia con un espíritu constructivo y de unidad. Me gustaría usar la siguiente expresión: un Gobierno con compromiso nacional", indicó. "Sólo si podemos evitar ser vistos como el talón de Aquiles de Europa podemos contribuir a las reformas europeas", agregó Monti un día después de asumir el cargo.

Monti, que busca recomponer la confianza de los inversores, dijo que considerará medidas adicionales luego de cumplir con los compromisos asumidos ante la UE pero ignorados por su antecesor Silvio Berlusconi. Sin embargo, negó que las medidas fueran una imposición de Bruselas. Su discurso confirmó las expectativas de que el respetado ex comisario europeo no perderá tiempo para comenzar a reformar la estancada economía italiana.

Monti afirmó que las medidas para resolver una debacle que colocó a la tercera mayor economía de la zona euro en el centro de su crisis de deuda se centrarán tanto en reducir la deuda pública italiana como en reactivar su débil crecimiento.

En la tarde del jueves, Monti ganó con facilidad un voto de confianza en el Senado. El nuevo Gobierno se impuso por un arrollador margen de 281 votos a favor y 25 en contra.

El primer ministro afrontará un segundo voto de confianza el viernes en la Cámara baja y se espera que también se imponga por un amplio margen.

El nuevo primer ministro planea combatir la evasión fiscal, la mala calidad educativa y el deficiente sistema de bienestar, al igual que introducir reformas en el mercado laboral, medidas que podrían ser impopulares entre la población.

En un discurso de 45 minutos, dijo que los objetivos clave de su Gobierno tecnócrata serán mejorar los servicios públicos y ayudar a las mujeres y a los jóvenes a conseguir empleo.

Dejando en claro cuáles serán sus prioridades, Monti dijo que la nación tiene una edad de jubilación promedio más alta que Francia y Alemania y que la crónica evasión fiscal debe ser combatida mientras se reduce la carga impositiva general.

También indicó que fijará un cronograma para la venta de activos públicos, mientras que una baja de los impuestos al trabajo y la producción se equilibrarán con un mayor gravamen al consumo.

Las cerradas profesiones sufrirán un proceso de apertura en el marco de una gran campaña para modernizar la economía, agregó.

En otra alusión directa al grave estado de las finanzas, dijo que se reducirá el uso de efectivo para achicar una economía paralela que representa casi el 20 por ciento del PIB. Además prometió reducir el costo del sistema político italiano, que ha causado una creciente indignación pública durante el Gobierno saliente de Berlusconi.

Segunda votación
En su primer día completo como primer ministro, Monti recibe el apoyo de una encuesta que dice que tiene el apoyo de la gran mayoría de los italianos.

El sondeo del respetado Instituto Piepoli para el diario La Stampa, realizado justo antes de que ocupara el cargo oficialmente, mostró que el 73 por ciento de los consultados creía que podría formar un Gobierno capaz de encabezar un esfuerzo extraordinario para arreglar los problemas del país.

Incluso el 60 por ciento de los votantes de centroderecha, partidarios del anterior Gobierno de Silvio Berlusconi, dijeron tener fe en Monti. Pero ya emergieron señales de los problemas que enfrentará como primer ministro y desde su puesto en la cartera clave de Economía.

Luego de unos días de silencio tras su salida el sábado, Berlusconi dijo a diputados de su partido PDL que el nuevo Gobierno, que no fue elegido, fue impuesto al país por el presidente Giorgio Napolitano. También consideró que sólo duraría hasta que el PDL quisiera, según agencias de noticias.

Monti necesitará un fuerte apoyo parlamentario para las reformas radicales que han sido prometidas casi por todos los partidos.

En las calles también hubo muestras de descontento, con miles de personas protestando contra lo que llamaron un "Gobierno de banqueros". Se registraron choques con la policía en la capital financiera de Milán y en Turín.

Con Italia en el corazón de la crisis de deuda de la zona euro, es poco probable que las medidas que anuncie el nuevo primer ministro basten por sí solas para recuperar la dañada confianza de los mercados.

Pero serán vitales para restaurar la credibilidad ante sus socios internacionales, que hacía tiempo que habían perdido la paciencia con las repetidas promesas incumplidas de su extravagante predecesor.

El sistema de bienestar italiano permite a muchas personas jubilarse antes de los 65 años y las actuales normas del mercado laborales protegen a algunos trabajadores pero desalientan la creación de empleo.


Reuters