La palabra en alemán "Nein", la cual significa "No", como símbolo de apoyo a la salida de Grecia del euro, en un grafiti en las calles de Atenas. | Foto: Bloomberg

Europa

Historia de las crisis monetarias augura una caída de la dracma griega

La historia no augura nada bueno para una nueva dracma griega.

2 de julio de 2015

Ante una posible salida de Grecia de la zona del euro, el estratega de JPMorgan Chase Co., John Normand, trató de estimar lo que significaría mediante el análisis de siete regímenes cambiarios de las últimas dos décadas.

El resultado no es agradable: otro golpe para los inversores que tratan de calcular cuánto recuperarían de los 40.000 millones de euros (US$44.000 millones) de bonos griegos en circulación y para las compañías que piensan en contexto de negocios con una moneda alternativa.

Entre los cambios que Normand estudió se cuentan el fin de las paridades cambiarias fijas o administradas luego de crisis de balanzas de pagos en México en 1994, en Tailandia e Indonesia en 1997, Rusia en 1998 y Brasil en 1999. También analizó el caso de Argentina en 2002.

En promedio, las monedas de las economías en crisis declinaron 55% contra el dólar en el primer año posterior a la ruptura y 53% dos años más tarde. La mayor caída en el primer año fue la devaluación de 84 por ciento en Indonesia, mientras que Rusia ocupó el primer lugar en dos años con un derrumbe de 78 por ciento.

Destinado a la depreciación


La verdad es que la cuenta corriente de Grecia tiene superávit, y su economía creció en 2014, lo que sugiere que hay menos necesidad de una depreciación que en el caso de las otras economías estudiadas.

Tailandia, por ejemplo, tenía un déficit de 6% del producto interno bruto antes de que el mercado entrara en pánico. Normand calcula que el comercio sugiere que una dracma hasta podría valer lo mismo que un euro por el momento.

Por otro lado, destacó que un abandono del euro privaría a Grecia del anclaje fiscal y monetario que los operadores necesitan para establecer con facilidad una paridad cambiaria, además de afectar la economía y el comercio.

“En ese sentido, el euro griego parece destinado a una fuerte depreciación luego de su introducción”, dijo Norman en un informe del martes. “No debería sorprenderle a nadie que el resultado rondara el peor desempeño del grupo”.

(Bloomberg)