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Movimientos sindicales tienen la opción de adaptarse o desaparecer

Los movimientos sindicales deben ser conscientes de los cambios sociales y tecnológicos del siglo XXI para adaptarse pronto, ya que de no hacerlo corren el riesgo de convertirse en organizaciones anacrónicas que tienden a desaparecer.

26 de agosto de 2016

La afirmación la hizo la secretaría general de UNI Global Union para las Américas, Adriana Rosenzvaig, quien considera que uno de los principales desafíos de los movimientos sindicales es “aceptar que la sociedad cambió”.

“Nadie tiene un pasaporte para atravesar la historia, si no te adaptas te desapareces”, argumentó Rosenzvaig en una entrevista concedida a Dinero en la capital colombiana.

La historiadora y líder sindical argentina manifestó que incluso en la actualidad existen organizaciones como el Sindicato de Tipógrafos de Panamá, que conservan el nombre de actividades económicas que ya ni siquiera existen.

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Por esta razón Adriana Rosenzvaig se pregunta: ¿cómo estos grupos sindicales pretenden motivar a los nuevos trabajadores a inscribirse?, mientras se preguntan si es pertinente cambiarle o no el nombre de sus organizaciones.

En ese sentido, argumentó que es necesario actualizarse y darle un segundo aire al modelo de los movimientos sindicales, cuyos orígenes en Colombia se remontan a la década de 1930.  

Uno de los vacíos del modelo latinoamericano, a su juicio, es que se ha forjado en medio de la fragmentación, el machismo y marcadas jerarquías a las cuales no están acostumbrados los empleados más jóvenes.  

A este factor se suman los prejuicios sociales, pues como en varias esferas de las sociedades, en los movimientos sindicales aún persiste la inequidad de género y sobre todo la discriminación de las diferencias sexuales.

Sin embargo, Rosenzvaig destaca que estos temas empiezan a ganar protagonismo en la agenda de los dirigentes de los movimientos sindicales que  se han dado cuenta que “si no terminan con el machismo están perdidos”.  

A estos desafíos se suman otros de igual magnitud como la oportuna adaptación a los cambios tecnológicos, ya que la llegada de la Cuarta Revolución Industrial supone transformaciones irreversibles en determinados sectores de la economía.

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Lo importante, en palabras de la líder sindical, es que las compañías comprendan la magnitud de estos cambios y empiecen a visualizar oportunidades de crecimiento en áreas que pueden considerarse “inexploradas”.

En este punto nombró casos de éxito como los de la organización Bancolombia, la cual asumió esta transformación y se ha adaptado a nuevas tendencias como el teletrabajo, al implementar reglas claras y pactar sus condiciones de la mano de los trabajadores.

Pero no solo los cambios en la tecnología suponen un desafío para los grupos sindicales de América Latina, dado que aún hay viejos fantasmas que persiguen a estos movimientos y los atan al pasado.

Entre ellos destaca el flagelo de la violencia, una problemática que aún no ha sido superada en naciones como Colombia, en donde han sido asesinados más de 3.000 líderes sindicales entre 1977 y lo corrido de 2016.

De hecho, según cifras conocidas por este medio, entre enero y agosto (4) de este año se han registrado ocho homicidios de sindicalistas, así como 9 atentados, 14 hostigamientos, tres detenciones arbitrarias y 69 casos de amenazas.

Varias de estas problemáticas serán abordadas en la cuarta versión de la Conferencia Regional de movimientos sindicales, que se realizará en la ciudad colombiana de Medellín del 7 al 9 de diciembre próximo.

La última edición de este evento se realizó en Uruguay con la asistencia del expresidente y reconocido líder de izquierda, José Mujica. Y para este año los organizadores han invitado a la activista y presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Enriqueta Estela Barnes de Carlotto.

En el marco de este evento, para el cual se esperan por lo menos unas 1.000 personas, Barnes de Carlotto será reconocida con el premio ‘Libre de Temor’ por su incansable lucha por demostrar los horrores de la dictadura de Jorge Rafael Videla en Argentina.