Home

Empresas

Artículo

Gerente de Opain, Juan Pulido. | Foto: Efe

Entrevista

La gestión detrás del nuevo ElDorado

Tras su renuncia, el gerente de Opain, Juan Pulido, le contó a Dinero.com los obstáculos y logros con los que se encontró durante su gestión.

9 de diciembre de 2013

Hoy Colombia puede decir que tiene en ElDorado uno de los aeropuertos más modernos de Latinoamérica, gracias a un proceso de modernización que lideró Juan Pulido a través de la concesión de Opain.

En entrevista con Dinero.com, quien es el presidente de Opain hasta el próximo 31 de diciembre, Juan Pulido, describió sus logros y obstáculos durante su gestión al frente de la concesión del terminal aéreo.

Dentro de su gestión, ¿cuáles fueron los logros más importantes?
 
Resaltaría la retribución económica al Estado porque recibimos una concesión con $150.000 millones de ingresos en 2007 y la entregamos, al menos en mi etapa con casi $500.000 millones de ingresos brutos este año.
 
Solamente el año pasado giramos al tesoro nacional $230.000 millones, por lo que creo que es la concesión que más le gira al estado por cualquier concepto: portuaria, aeroportuaria, férrea.

Igualmente restituimos $500.000 metros cuadrados de zonas al Estado que actualmente rentan y que estaban en manos de particulares sin ningún tipo de retribución.

Además se ha limpiado el tema de litigios, al pasar de 250 a menos de 40. Se ha logrado reputación en cuanto a calidad pasajero y seriedad en los contratos con las aerolíneas.

El solo hecho de haber recuperado la confianza entre gobierno e inversionistas no tiene precio y, así mismo, la confianza permitió que la ingeniería nacional, que componen finalmente los dueños de Opain, le haya podido dar al país la respuesta de que sí es posible cumplir con obras, ser serio en los contratos en un mar de dudas que generó el tema  de los carruseles de contratación.
 
¿Qué obstáculos encontró en el proceso para lograr cumplir su contrato?

El mayor obstáculo al inicio de la concesión fue la gran prevención del estado y los privados que representaban Opain porque no era cuestión de mala fe, sino que era un contrato diseñado de una manera muy sofisticada, que cuando no hay experiencia genera prejuicios y reservas.

Pero esa prevención inicial se convirtió en la confianza que mencionaba anteriormente y  que permitió avanzar el contrato dentro de los medios legales y los medios operativos que se tenían.

Lo más difícil entre 2007 y 2009 fue trabajar con confianza del gobierno en esa época y demostrar que no era un concesionario que viniera a hacer nada distinto a su contrato. Tranquilizó al gobierno el hecho de que las obras empezaron a verse, el dinero fluyó, generando la confianza que al principio no había.

La misma opinión pública al principio no creía que fuera a hacer la obra, el escepticismo general era enorme, todo el mundo era pesimista.

¿Qué opinión tiene frente a las críticas de que el aeropuerto, luego de su ampliación y modernización, ya se quedó pequeño?

Una cosa es el contrato, que es lo que se ha ejecutado y otra cosa son los desafíos que genera el crecimiento. Lo que se ha generado en estos últimos días de conflicto de operación se ha ventilado de manera suficiente en los medios tanto por las aerolíneas como la autoridad, pero creería que esa situación en un aeropuerto no es novedad, nunca termina, el crecimiento es una muy buena noticia económica siempre para una ciudad.

Tenemos ya un plan maestro, una obra en el tema aeronáutico en construcción que es el centro de gestión y la torre que adelanta la Aerocivil. 

Mis votos son porque la concesión siga participando con la autoridad y las aerolíneas en que esa dinámica no se detenga. Bogotá no puede perder el impulso que dio para tener ElDorado listo para que continúe su expansión, su ampliación, que seamos capaces de encontrar fórmulas para ampliar las terminales, tener más plataformas y de que los medios de radio ayuda sean también una realidad.

Bogotá tiene que traer turistas no por medios distintos a estímulos de las aerolíneas actuales y futuros.

¿Las instalaciones si están listas para el trasteo de Avianca?

A Avianca se le ha garantizado que en el mes de marzo estará listo ElDorado para recibir toda su operación, pero depende de que ambas partes cumplamos los requerimientos: nosotros tenemos que tener listas las plataformas que hoy se están construyendo para recibir esa operación y la aerolínea de que en el contrato del Puente Aéreo se dé un cierre legal contractual, pues Avianca también tiene unas obligaciones que debe cumplir.

¿Qué debe mejorar el país para que proyectos de infraestructura no sean tan traumáticos a la hora de su ejecución?

Hay que tener una actitud de cohesión y no una actitud de división. Normalmente los proyectos de infraestructura son muy susceptibles a vanidades o disputas de poder y el ejemplo que han dado los inversionistas de Opain es que han sido aglutinadores, atraen, no dividen.

Al tener una buena actitud por parte de los contratistas de cumplimiento, tanto el gobierno como los gremios creen y se genera una confianza de que las cosas se hacen y automáticamente empiezan a verse como todos los gremios y las compañías quieren cooperar.

El reto en Colombia con la infraestructura no es nada distinto a que tanto los entes de control, los reguladores, los ejecutores, contratantes públicos y los privados tengamos conciencia de que las grandes obras necesitan consenso y Opain demostró que el consenso es posible sin tanto tema legal.

¿Cuál es el mayor reto para la persona que lo sucederá?

Es la cohesión con el sector privado y el sector público. Hoy trabajamos un clúster con la Cámara de Comercio de Bogotá y con todos los actores: turismo, gremios, Distrito, Gobernación, Proexport y Ministerio de Comercio. Tiene que sumar esos esfuerzos de atracción de turistas y tráfico para que Eldorado sea el vehículo de que Bogotá se sirva de más visitantes.

¿Qué hará ahora?

Tengo una oferta concreta con el sector privado que afortunadamente va muy bien, debe definirse en este mes o enero. Por razones obvias no puedo revelar nada.