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Se trata de los bares de alizado o blow dry bar, en el que las clientas solo pueden ir a que les hagan blower, mientras se toman un trago.

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Embellecedor por partida doble

A la cruenta competencia que hay en las peluquerías, que pelean el mercado con quienes ofrecen sus servicios a domicilio, llegó un nuevo jugador, cuya idea es importada.

12 de julio de 2013

Se trata de los bares de alizado o blow dry bar, en el que las clientas solo pueden ir a que les hagan blower, mientras se toman un trago.

Elizabeth Puentes fundadora del primer local de este tipo en Bogotá, explica que el éxito del negocio en Estados Unidos es su especialización, pues no hacen corte ni tintura, solo blowers y eso hace que la atención sea más rápida. Además, la posibilidad de tomar una bebida mientras están en el local, le da valor agregado al servicio.

Puentes, que tiene tres socios en el negocio, explica que decidieron competir en el sector de las peluquerías porque vieron que pese a la amplia oferta, existía un vacío en el tema de servicio al cliente. Esto, porque una de las cosas que más molesta a las clientas es tener que esperar demasiado por un servicio.

Este sector es altamente informal y por eso no hay suficientes cifras, sin embargo, un censo de la firma especializada Servinformación indica que en Bogotá hay unas 8.300 peluquerías y en todo el país unas 26.000.

En Estados Unidos los blow dry bars están creciendo bastante, pues son el punto intermedio entre las peluquerías tradicionales, que son muy caras, y las cadenas de bajo costo. Una de las franquicias más famosas es Dry Bar, que fue creada por una estilista que hacía servicios a domicilio en Los Ángeles y que ahora vende unos US$20 millones en 26 locales. Creó la empresa hace cuatro años. En Estados Unidos existen otras cuatro cadenas similares y aunque Puentes intentó adquirir la franquicia, no lo logró así que arrancó con su propia marca Blow and Dry.

En Estados Unidos el servicio de shampoo, peinado y coctel cuesta US$40, acá es de $35.000.

Si a esto se suma el boom de manicure que está teniendo el país, con diseños y variados colores, se abre otra posibilidad que son los bares de uñas, concepto que Puentes agregó a su establecimiento, aprovechando la costumbre de muchas mujeres que les gusta peinarse y hacerse las uñas en una sola visita.