Thomas Piketty. Foto: BBC Mundo. | Foto: BBC

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La desigualdad en Colombia está más allá de lo justificable: Pikkety

El académico francés dijo en el Hay Festival que es imposible financiar educación, salud e infraestructura de calidad sin imponer más impuestos a los ricos, incluyendo impuestos a los dividendos y a la riqueza. Piketty aseguró que se necesita una reforma tributaria en Colombia pero advirtió que existe el riesgo de aumentar la desigualdad si se elimina el impuesto al patrimonio a la vez que se eleva el IVA.

30 de enero de 2016

Para el académico francés Thomas Piketty, la desigualdad en Colombia es una de las más elevadas en el mundo y está mucho más allá de lo que puede llegar a ser justificable en una sociedad. 

En el marco del Hay Festival el autor de El Capital del Siglo XXI dijo que para el país es necesario aumentar los ingresos tributarios a través de una reforma fiscal pero advirtió que se corre el riesgo de incrementar las diferencias entre ricos y pobres si se desgrava el patrimonio y se aumenta el IVA. 

“Entiendo que hay la idea de imponer un impuesto a los dividendos. Pero es un poco contradictorio hacerlo a la vez que se elimina el impuesto al patrimonio. Si uno quiere entender quién está recibiendo dividendos uno tiene que saber quién es dueño de qué, pero si paramos de registrar el patrimonio eso va a ser más opaco”, explicó en un conversatorio. 

Piketty dijo que la mejor estrategia para reducir la inequidad en una sociedad es invertir en eduación, salud y otros servicios públicos de calidad. Sin embargo, para pagarlos es necesario establecer sistemas de tributación progresivos. "Muchos sistemas tributarios del mundo incluyendo el de Colombia, en donde los dividendos no se tratan de la misma manera que los ingresos por trabajo, los ricos terminan pagando menos impuestos que los pobres. En Estados Unidos Warren Buffet, uno de los grandes multimillonarios, es muy famoso porque dice que su secretaria paga una tasa de impuestos más alta que él", agregó. 

La investigación del libro concluyó que la desigualdad en los países desarrollados solo cedió después de grandes crisis como la Segunda Guerra Mundial o la Gran Depresión, cuando las élites aceptaron reformas sociales, políticas o económicas. En ese contexto invitó a las élites de los países emergentes a ser más inteligentes y permitir las reformas sociales antes de que el descontento de la población lleve a grandes desastres de ese tipo.