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Qué pasará tras la desaparición de Tirofijo

25 de mayo de 2008

Con la muerte de alias Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’, el 26 de marzo, se podría generar una pequeña modificación en la orientación del grupo guerrillero de las Farc que ha mantenido por décadas su operación militar en Colombia.

Todavía hay algo de escepticismo sobre la muerte del guerrillero más viejo del mundo. El presidente de Francia Nicolas Sarkozy, señaló que esperaría antes de pronunciarse sobre su fallecimiento atribuído a un infarto cardíaco. El mismo presidente colombiano Álvaro Uribe el sábado señalaba que la información que tenía el Gobierno provenía de fuentes que habían sido confiables hasta ese momento, pero recomedaba cautela y también prefirió esperar a tener más datos.

No obstante, en el mejor estilo de la época de la Guerra Fría de los sesenta, la confirmación de la noticia la hizo el domingo – dos meses despés del supuesto deceso -el miembro del secretariado de las Farc, Timoleón Jiménez “Timochenco”, en un video difundido por la cadena venezolana Telesur.

Más rápidos y seguros en su reacción fueron algunos simpatizantes de la guerrilla. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, por ejemplo, se manifestó “compungido y triste”.

Sin importar mucho cuándo y si se confirma la muerte de Marulanda, la tarea de alias Alfonso Cano, sucesor en la cúpula de las Farc, parece que podrá debilitar más al grupo guerrillero. Cano es un miembro del ala política, que de alguna manera antagoniza con el ala militar, conducida por alias Mono Jojoy.

Si bien su presencia más moderada podría abrir la posibilidad de una negociación con el Gobierno colombiano, plantea una situación difícil para la guerrilla, por cuanto podría no tener la fuerza suficiente para mantener la cohesión de un grupo que ahora está más amenazado por el cerco militar y por la pérdida de popularidad entre la población colombiana.

El bogotano Guillermo Sáenz, alias Alfonso Cano, tendrá que recoger las piezas de la confianza ahora más endeble de sus camaradas en armas, que han tenido reveses internos como el de la defección de alias Karina, jefa del frente 47, y el asesinato de alias Iván Ríos del mismo frente, a manos de uno de sus subalternos. También se enfrentará a la posibilidad de que otros guerrilleros decidan aceptar las ofertas de traslado al exterior o de recompensas que hace el gobierno.

La debilidad podría motivar una situación inesperada. Para mantener la disciplina Cano podría endurecer su discurso.