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Lula en Suecia expresa confianza en negociaciones de OMC

Los europeos mantienen una tarifa de 0,26 centavos de dólar por litro de etanol brasileño.

11 de septiembre de 2007

Estocolmo_ El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, de visita oficial en Suecia, expresó el martes su confianza en que los países ricos y los pobres resolverán sus disputas por alcanzar un acuerdo en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Lula da Silva, quien comenzó el lunes una gira de cinco días por los países nórdicos, recibió además en la jornada una buena noticia para uno de los principales puntos de su agenda de viaje, que es la promoción del etanol o el alcohol combustible producido en Brasil a partir de la caña de azúcar.

En una conferencia de prensa conjunta Lula da Silva escuchó cuando su anfitrión, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, anunció que su país se prepara para reducir en 2009 una tarifa que cobra al etanol.

Reinfeldt dijo también que Suecia presionaría a los socios de la Unión Europea (UE) para que eliminen los aranceles que cobran al etanol, del cual Brasil es el segundo productor mundial después de Estados Unidos.

Los europeos mantienen una tarifa de 0,26 centavos de dólar por litro de etanol brasileño.

Suecia ya compra etanol brasileño y además lo produce a partir de granos.

Brasil y Suecia además firmaron en la jornada un acuerdo de cooperación, en investigaciones sobre biocombustibles, así como trabajar conjuntamente en la creación de un mercado mundial para esos combustibles alternativos.

Lula da Silva, quien promociona el uso del etanol como una alternativa más barata y menos contaminantes a los combustibles fósiles como el petróleo, se refirió además a las estancadas negociaciones de la Ronda de Doha, de la OMC.

"Todo el mundo sabe lo que quiere. Ahora necesitamos saber si los números cuadran", dijo Lula da Silva. "Estoy convencido que podemos llegar a un acuerdo, incluso si no es el acuerdo que todos soñamos" en los países en desarrollo, agregó.

Las negociaciones de Doha, llamada así por la capital de Qatar donde se iniciaron en el año 2001, están estancadas desde el año pasado por desacuerdos entre naciones industrializadas y países como Brasil, India y China, integrantes del llamado Grupo de los 20 (G-20), que reúne a naciones con enorme poderío agrícola.

El impasse se centra en cuánto y cuándo reducirían o eliminarían las naciones ricas los abultados subsidios que otorgan a sus agricultores, demanda de G-20, a cambio de abrir sus mercados de bienes industriales y servicios, contrapartida pedida por Estados Unidos, la UE y Japón, entre otros.

Lula da Silva dijo que contaba en que la UE ayudaría en las negociaciones y lograr un avance.

"Contamos con la Unión Europea para que de una vez por todas podamos concluir la Ronda de Doha".