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Finlandia negocia una solución "satisfactoria para todos" al rescate griego

El Gobierno finlandés está negociando con sus socios de la eurozona para intentar encontrar una solución aceptable para todas las partes a la crisis causada por la exigencia de Helsinki de recibir avales a cambio de su participación en el segundo rescate griego.

24 de agosto de 2011

Helsinki - La decisión del país nórdico de pactar bilateralmente con Grecia unas garantías especiales, a cambio de participar en el rescate heleno, ha desatado fuertes críticas de varios socios de la eurozona, como Alemania. Mientras que otros, como Holanda, Austria o Eslovaquia, exigen recibir el mismo trato.

La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen, aseguró hoy que su Gobierno mantiene conversaciones a varios niveles con todos los países de la zona euro para discutir distintas alternativas que sean "satisfactorias para todos", dado el creciente rechazo que las demandas finlandesas están causando en la Unión Europea.

Sin embargo, Urpilainen insistió en que el punto de partida de Finlandia en esas conversaciones sigue siendo la obtención de algún tipo de garantías colaterales a cambio de aportar 1.400 millones de euros -algo menos del 2% - al plan de asistencia financiera a Grecia.

"Finlandia participará en el segundo rescate griego sólo si logramos garantías para el préstamo. Nuestra posición es muy consecuente, la misma que explicamos a todos los países de la eurozona con suficiente antelación", dijo Urpilainen a la prensa local.

Urpilainen y su homólogo griego, Evangelos Venizelos, alcanzaron la semana pasada un acuerdo bilateral en virtud del cual Atenas hará un depósito en efectivo de entre el 20 y el 40 % de las garantías de préstamo que aportará Finlandia en el rescate.

Kumpula-Natri recordó que este pacto fue propuesto por Grecia, no por Finlandia, y señaló que el país nórdico está dispuesto a modificar los términos del acuerdo para lograr la aceptación de sus socios europeos "siempre que las garantías sean suficientes". 

La política exterior de Finlandia, tradicionalmente proeuropea, empezó a cambiar hace unos meses a raíz del fuerte avance del partido ultranacionalista Verdaderos Finlandeses en las elecciones de abril, gracias en parte a su firme oposición a los rescates financieros de los países más endeudados.

Aunque el partido populista quedó finalmente fuera de la coalición de Gobierno, su antieuropeísmo contagió a los socialdemócratas y a la Alianza de Izquierdas, que exigieron a sus socios en el Ejecutivo demandar garantías a cambio de dar su visto bueno a nuevos programas de asistencia.

La primera "víctima" de este cambio de postura fue Portugal, cuyo plan de rescate financiero, de 78.000 millones de euros, no fue aprobado hasta que Finlandia logró que se incluyera en el acuerdo el compromiso de Lisboa de garantizar la devolución de los préstamos mediante la venta de propiedades públicas, si fuera necesario.

EFE