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Farc dicen que muerte de Reyes golpeó acuerdo rehenes

4 de marzo de 2008

Bogotá.- Las Farc anunciaron el martes que la muerte en un bombardeo de su dirigente Raúl Reyes golpeó seriamente la posibilidad de un acuerdo humanitario para buscar la liberación de 40 rehenes políticos, incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aseguraron que el ataque ordenado por el presidente Alvaro Uribe sobre territorio ecuatoriano y que desató una crisis diplomática en la que se involucró Venezuela, cerró una salida política al conflicto armado del país.

"La alevosía del ataque, la perversidad y el cinismo mentiroso de Alvaro Uribe para deformar las circunstancias de la muerte del comandante Raúl, no sólo tensionan peligrosamente las relaciones de este Gobierno con las repúblicas hermanas, sino que golpearon de gravedad las posibilidades del intercambio humanitario," dijeron las FARC en un comunicado.

El líder de las FARC conocido como Raúl Reyes murió el sábado junto con al menos otros 20 rebeldes en un bombardeo de las Fuerzas Militares de Colombia sobre territorio de Ecuador, lo que desató una grave crisis después de que el presidente Rafael Correa consideró el ataque como una masacre en la que se violó su soberanía.

El grupo rebelde aseguró que Reyes murió en Ecuador mientras cumplía la misión destinada a concretar, a través del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, una entrevista con el mandatario francés Nicolas Sarkosy, destinada a buscar una solución a la situación de Betancourt y los demás rehenes.

Chávez se involucró en la crisis provocada por la muerte del dirigente guerrillero al denunciar que Colombia violó la soberanía de Ecuador y al ofrecer respaldo al Gobierno de Quito, uno de sus más cercanos aliados.

El grupo guerrillero anunció que nombró al comandante Joaquín Gómez como nuevo integrante del secretariado, en remplazo de Reyes.

El secretariado, conformado por siete dirigentes rebeldes, es el máximo órgano de dirección político y militar de ese grupo conformado por unos 17.000 combatientes y considerado por Estados Unidos y la Unión Europea como una organización terrorista que se financia con el narcotráfico.

Las FARC mantienen secuestradas a 40 personas y buscan un acuerdo humanitario con el Gobierno de Uribe para intercambiarlas por 500 rebeldes encarcelados.

Pero las posiciones inflexibles de las partes han impedido un acuerdo para poner fin al drama de los rehenes, algunos de los cuales completaron 10 años privados de la libertad en campamentos rebeldes en medio de la selva.

La guerrilla exige que el Gobierno retire sus Fuerzas Armadas de una zona de 780 kilómetros cuadrados para negociar el acuerdo de rehenes, a lo que se opone el presidente Uribe.

 

Reuters