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España redujo su ayuda humanitaria en un 50 por ciento en 2012

España redujo a la mitad sus aportaciones para asistencia humanitaria en 2012, al pasar de US$462 millones en 2011 a US$230 millones el año pasado (de 351,3 millones a 175 millones de euros), pese a lo que se situó entre los veinte primeros países donantes del mundo.

17 de julio de 2013

España, en el puesto número dieciséis, se situó por delante respecto al monto aportado de países como Bélgica, Finlandia, Irlanda o Arabia Saudí, según el informe "Asistencia Humanitaria Mundial 2013" presentado hoy por la ONG Development Initiatives.

Los países donantes que encabezaron la lista fueron Estados Unidos (3.805 millones de dólares, 2.893 millones de euros), la Unión Europea (1.880 millones de dólares, 1.430 millones de euros), Reino Unido (1.167 millones de dólares, 887,4 millones de euros), Turquía (1.039 millones de dólares, 790 millones de euros) y Suecia (784 millones de dólares, 596 millones de euros).

Otras de las caídas en las aportaciones más significativas correspondieron a Japón, que redujo su ayuda humanitaria en un 38 por ciento, y EEUU, que lo hizo en un 11 por ciento.

A nivel mundial, la ayuda humanitaria alcanzó 17.900 millones de dólares (13.611 millones de euros) en el año 2012, lo que supuso una caída del 8 por ciento con respecto al año anterior, cuando se situó en 19.400 millones de dólares (14.752 millones de euros), según el documento.

Un 62,7 por ciento del total de las llamadas humanitarias de la ONU quedó financiado, mientras que el resto de las necesidades -por unos 3.300 millones de dólares, 2.509 millones de euros- no encontró solución.

"El número de personas que requirieron asistencia humanitaria el pasado año según la ONU también disminuyó y fue de 76 millones de personas, comparado con los 93 millones del año anterior", expresó en rueda de prensa la directora ejecutiva de Development Initiatives, Judith Randel, en la presentación del documento.

Randel justificó esta disminución de personas necesitadas con la la ausencia de "megacrisis" en 2012, al contrario de lo que ocurrió con el tsunami de Japón en 2011 o con el terremoto de Haití en 2010.

"Sin embargo, el año pasado quedó patente la perpetua vulnerabilidad de las personas más pobres en los países en vías de desarrollo y su persistente exposición a crisis", aclaró Randel.

En este sentido, destacó el caso de la crisis de hambruna en Somalia, donde unas 260.000 personas (un 4,6 por ciento de la población) murieron de hambre entre 2010 y 2012.

"Los datos evidencian que la respuesta a crisis como la de Somalia llega a menudo tarde, dando lugar a un gran número de muertes que podrían haberse evitado. Interviniendo antes e invirtiendo en reducción de riesgos, los donantes podrían haber salvado más vidas y a un coste más bajo", agregó.

Randel también alertó de la evolución del conflicto sirio, cuyo impacto ha aumentado exponencialmente sobre la población durante 2013 y hay un total de 6,8 millones de personas que requieren asistencia.

El texto recomienda a los donantes una mayor financiación para las crisis crónicas, un mayor gasto en la prevención y preparación ante las crisis, y promover un mejor y mayor acceso a la información.

"La asistencia humanitaria es vista a menudo como una intervención a corto plazo. Pero la pobreza no terminará si no se mejora la seguridad y no se aumenta la resistencia a la crisis. La asistencia humanitaria debe estar coordinada y alineada estratégicamente con la ayuda al desarrollo", sentenció Randel.

EFE/D.com