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Discovery regresa a Tierra luego de exitosa misión

Comandada por Pamela Melroy, la nave aterrizó poco después de las 1300 (1800 GMT), tras cruzar el continente de costa a costa por primera vez desde que el Columbia lo hizo hace cinco años. Encontró un tiempo despejado, con agradables temperaturas otoñales.

7 de noviembre de 2007

Cabo Cañaveral, Florida, EE.UU.- El Discovery regresó el miércoles a Tierra luego de un exitoso vuelo de 15 días en el que sus tripulantes completaron complejas tareas de construcción y reparación de la estación espacial internacional, en una de las misiones más peligrosas en la historia del transbordador.

Los siete astronautas del transbordador y los tres residentes de la estación espacial lograron reparar un alerón solar averiado. Fue una de las reparaciones más peligrosas y complicadas jamás hechas en el espacio, pero Scott Parazynski la completó en una sola caminata espacial y salvó la estación.

"Felicitaciones por una misión tremenda y por un gran aterrizaje, Pam", dijo la torre de control cuando el aparato se detuvo.

Discovery atravesó la Columbia Británica en Canadá y luego descendió en forma diagonal, pasando por Montana, Wyoming, las grandes planicies y el sus del país, hasta llegar a la Florida. La NASA optó por este trayecto, por zonas más pobladas, para evitar un aterrizaje de noche y darle de paso a los tripulantes más tiempo de descanso luego de un viaje agotador.

Los inspecciones de los alerones confirmaron que la capa termal resistiría temperaturas de hasta 3.000 grados Farenheit (1.650 centígrados) a su reingreso a la atmósfera terrestre.

Antes de que comenzase el vuelo los astronautas sabían que encaraban una de las misiones más difíciles jamás realizadas. No tuvieron problemas instalando un compartimiento presurizado llamado Harmony y moviendo una viga metálica de un lado a otro. También lograron desatascar una pieza que facilita el movimiento de los alerones.

Pero las cosas se complicaron el 30 de octubre cuando llegó la hora de desplegar los alerones en la viga que había sido cambiada de lugar. El primer alerón emergió normalmente, pero el segundo se enredó con unos cables y se partió en dos.

Los controladores del vuelo planificaron la reparación y cuatro días después Parazynski salió al espacio con tenazas y algunas herramientas improvisadas, y reparó el daño.

Nunca nadie se había arriesgado tanto ni trabajado tan pegado a un alerón que genera más de 100 voltios de electricidad y que se movía de un lado a otro. Parazynsky trabajó atado al extremo de una barra de 30 metros con la que apenas alcanzaba el panel.

La NASA dijo que se había tratado de una de las reparaciones espaciales más notables de la historia, la cual permitirá que se proceda con la próxima misión, programada a principios de diciembre.

 

AP