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Alemania y E.U se distancian con encendida retórica

El exabrupto de Alemania contra las políticas de Estados Unidos, calificándolas como carentes de ideas antes de una cumbre del G-20, muestra un distanciamiento en los temas económicos, mientras Washington se aleja de los lazos transatlánticos para enfrentar desafíos internos y acercarse a Asia.

10 de noviembre de 2010

Berlín.- "El Atlántico se está tornando más ancho", dijo Anton Boerner, líder de la Asociación de Comercio Exterior de Alemania, tras mencionar un "alejamiento progresivo" entre Estados Unidos y Europa, distanciamiento exacerbado por la crisis financiera global.

Alemania y Estados Unidos a menudo intercambian críticas a sus políticas para impulsar la recuperación económica. Los llamados de Washington para implementar políticas más expansivas suelen caer en oídos sordos en Berlín, famosa por su defensa de la disciplina fiscal.

Pero esta vez, Alemania llevó la retórica a un nuevo nivel.

El ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble dijo la semana pasada que la decisión de la Reserva Federal de comprar US$600.000 millones en bonos del Tesoro, golpeaba la credibilidad de Estados Unidos y marcaba que la política estadounidense estaba "despistada".

China y Brasil también vertieron críticas a la política de la Fed, pero muchos funcionarios estadounidenses se mostraron particularmente sorprendidos por las declaraciones de Schaeuble y del ministro de Economía alemán, Rainer Bruederle, diciendo que la compra de bonos equivalía a una "manipulación indirecta" del dólar para impulsar las exportaciones.

Los comentarios surgen justo cuando Estados Unidos acusa a China de seguir la misma estrategia.

"No es aceptable que los estadounidenses critiquen a China por una manipulación cambiaria y luego disimuladamente ayuden al dólar al emitir dinero en la Reserva Federal", dijo Schaeuble a la revista Der Spiegel.

Justo cuando los líderes del G-20 se reúnen en Seúl con la polémica sobre los tipos de cambio en lo alto de la agenda, esas declaraciones fueron fuertes incluso si se las compara con el tono habitualmente franco del secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner.

"La dura retórica deja ver el nerviosismo entre los funcionarios. Los efectos de la crisis financiera los han hecho inseguros y temerosos", dijo Boerner.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, se defiende diciendo que el plan de compra de bonos para reactivar la economía estadounidense es importante para el crecimiento global.

La canciller Angela Merkel y su ministro de Finanzas "piensan bastante parecido", aún si el lenguaje de la mandataria es más moderado, dijo una fuente del Gobierno alemán.

Simon Green, profesor de historia de la Universidad Aston en Gran Bretaña, dijo que el alivio cuantitativo de Estados Unidos es una "luz de alarma" para los alemanes, que en el pasado han registrado hiperinflaciones.

Alemania ha hecho grandes esfuerzos para volverse competitiva y no le gusta ver "a los estadounidenses diciendo, 'vayamos a las prensas, imprimamos dinero y seamos competitivos de esa manera'", resumió Green.

Ruidos en la comunicación

Un diario alemán, el Hannoversche Allgemeine, llegó a la conclusión de que "nunca antes el Gobierno de Merkel había tenido una confrontación tan directa con Estados Unidos".

El antecesor de Merkel, el centroizquierdista Gerhard Schroeder, entró en conflicto con el entonces presidente George W. Bush por criticar la guerra en Irak. La llegada de la conservadora Merkel generó esperanzas en Washington y ella mantuvo una buena relación con Bush.

Pero con Obama ha tenido dificultades para comunicarse, afirmó William Drozdiak del Consejo Americano en Alemania.

Si bien acuerdan en muchos asuntos geopolíticos como Irán y Afganistán, mantienen diferencias en temas de seguridad. Merkel además ha rechazado los llamados de Estados Unidos para que Alemania impulse su demanda interna.

En el Center for American Progress en Washington, Michael Werz dijo que las tensiones entre Alemania y Estados Unidos reflejaban las dificultades para adaptarse a un nuevo escenario en el que Asia y otros países emergentes superan a Europa y Estados Unidos en crecimiento económico.

REUTERS