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OPINIÓN

Transformación tecnológica: una receta recomendada

El desarrollo o incorporación de nuevas tecnologías en los procesos productivos de las empresas representa una gran palanca para impulsar la innovación, la productividad y la rentabilidad, promoviendo también su diversificación productiva

Carlos Andrés Pérez, Director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali
28 de marzo de 2019

Como resaltan los investigadores del Banco Mundial, Xavier Cirera y William Maloney en su trabajo publicado en 2017, la adopción de tecnologías existentes es un mecanismo efectivo para desarrollar nuevas capacidades para producir más y mejores bienes y servicios en economías emergentes.

Las empresas no deben permitir que su estrategia y espacio de acción en el mercado sean definidos solo por el contexto, pues así acabarán pareciéndose a sus competidores menos exitosos. Mantener esquemas productivos similares a los de la competencia llevará a las empresas a alcanzar niveles de productividad, rentabilidad y crecimiento similares a los de la industria en la que operan.

En la actualidad, lo debates parecen centrarse en la denominada cuarta revolución industrial, correspondiente a la adopción generalizada y acelerada de nuevas tecnologías del mundo digital, como internet de las cosas, inteligencia artificial, Big Data, robótica y manufactura avanzada, entre otras. Pero ese no es el único frente. El desarrollo de biomateriales e ingredientes naturales, el auge de las energías renovables, nuevos sistemas de construcción, avances clínicos y farmacéuticos, las nuevas tecnologías en el campo de la agricultura y la producción de alimentos, el diseño industrial y todas las variantes que implican la combinación de estas áreas representan un amplio campo de acción.

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La incorporación de nuevas tecnologías demanda cambios en la arquitectura organizacional y el desarrollo de habilidades en los equipos de trabajo. Usualmente, las empresas aplican mejoras incrementales adquiriendo equipos, licencias y nuevos insumos disponibles en el mercado, dejando de lado la adquisición de patentes, nuevas licencias de uso o modelos de utilidad. En muchos casos, tanto en pequeñas como en grandes empresas, la principal limitante para adquirir nuevas tecnologías corresponde a la necesidad de entrenar o contratar personas para su aprovechamiento. Así, el crecimiento y desarrollo tecnológico de las empresas pasa por la evolución de las capacidades colectivas de los equipos humanos.

Las universidades pueden jugar entonces un papel determinante en los procesos de adaptación tecnológica de las empresas. La conexión entre empresa y universidad pasa por identificar una agenda común de investigación y desarrollo de nuevas capacidades productivas. Las agencias regionales de desarrollo tecnológico como Connect (Bogotá), Reddi (Cali) y CienTech (Barranquilla) deben promover este modelo de trabajo conjunto entre empresas y universidades.

La experiencia reciente de la empresa caleña Productos Calima, fabricante de snacks fritos con escasa presencia nacional, permite referenciar cómo la incorporación de una nueva tecnología en sus procesos productivos impulsó su competitividad. A mediados de 2018 la empresa identificó una oportunidad comercial en el mercado californiano para la exportación de productos horneados, lo cual detonó la necesidad ampliar las capacidades productivas tras más de 30 años participando en el segmento de frituras. El reto no solo correspondía a la necesidad de utilizar un horno industrial sino a la de desarrollar nuevas capacidades técnicas en el equipo de producción y formular un nuevo producto. La escuela de ingeniería de alimentos de la Universidad del Valle, la cual cuenta con una línea de investigación en Intensificación de Procesos de Deshidratación y Cocción, asesoró a la empresa en el diseño de su prototipo y capacitó al equipo para afrontar el reto tecnológico.

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Productos Calima exportará a EE.UU. un valor mensual de US$75.000, lo cual representa duplicar sus ventas anuales. Esta nueva faceta exportadora demandará la incorporación de personal administrativo y de logística especializado para soportar las operaciones internacionales que se ampliarán en el corto plazo a China y a Chile.

Las empresas deben avanzar decididamente en la adopción de nuevas tecnologías para aprovechar oportunidades de mercado. Las universidades deben apoyar estos procesos a través de sus oficinas de extensionismo tecnológico y grupos de investigación.

La reducción del desempleo con trabajos de baja productividad no resolverá el problema de pobreza y desigualdad en Colombia. Un proceso acelerado de actualización y desarrollo tecnológico de las empresas impulsará la demanda de mano de obra calificada. Los aumentos en la productividad de las empresas se reflejarán en una mejor remuneración de los factores, entre ellos el trabajo.

La búsqueda permanente por nuevas y mejores formas de hacer las cosas es un rasgo característico de las empresas exitosas. Esa búsqueda conlleva a la continua actualización tecnológica y puede incubar empresas y universidades desarrolladoras de nuevas tecnologías. La tecnología es la clave.

Por: Carlos Andrés Pérez, Director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali.

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