El avión "Solar Impulse", propulsado sólo por energía solar, llegó hoy a Ginebra, después de un vuelo con bastantes turbulencias, en lo que supone su primer aterrizaje en un aeropuerto internacional y un paso más para alcanzar su meta de dar la vuelta a la Tierra en 2013. "He ido de izquierda a derecha, el avión ha sufrido muchas turbulencias", explicó el piloto del aparato, André Borschberg, nada más pisar tierra firme, igual que el promotor del proyecto, Bertrand Piccard, quien admitió la dificultad de estabilizar la nave.
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