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Woods y la cultura de las celebridades

Tiger Woods era distinto, o parecía serlo: tenía un talento único y una imagen impecable, cuidadosamente cultivada. A diferencia de tantos otros deportistas, le complacía ser considerado un ejemplo digno de imitar.

6 de diciembre de 2009

Pero resultó que, como ocurre tantas veces, lo que ofrecía era demasiado bueno como para ser realidad y sus tropiezos reavivan el debate en torno a la adoración de las figuras deportivas.

"Nadie alcanza ese nivel de perfección, dentro y fuera de los campos de juego, sin alguna mancha", comentó Dave Czesniuk, director de operaciones de Centro para Estudios del Deporte en la Sociedad de la Northeastern University. "La verdadera historia aquí es la del choque entre las expectativas y la realidad. Es un ser humano; a veces nos olvidamos de eso", dijo Czesniuk.

La disculpa que ofreció Woods esta semana por "faltas" que no especificó --en medio de versiones de numerosas infidelidades-- representó, en cierta medida, la caída en desgracia de otra superestrella. Michael Phelps fue fotografiado fumando una pipa de marihuana. A Marion Jones le quitaron sus medallas olímpicas por un dopaje que ella negó reiteradamente. Numerosos astros del béisbol estadounidense usaron esteroides y mintieron en torno a ello. Diego Maradona fue suspendido por doparse en su época de jugador y por decir groserías en una conferencia de prensa como técnico de la selección argentina.

Pero Woods constituye un caso especial. Era una persona famosa en todo el mundo, con una imagen intachable y una carrera difícil de repetir. Sus colaboradores, las empresas que lo contratan para hacer publicidad, la prensa y el propio Woods se confabularon para promover esa imagen de perfección.

"Llega un momento en que el público es indiferente. Dan por sentado que los Barry Bonds, los Sammy Sosa (ambos beisbolistas) y las Marion Jones van a caer de su pedestal", expresó el psicólogo Stanley Teitelbaum, autor de "Héroes del deporte, ídolos caídos" (Sports Heroes, Fallen Idols).

"Pero nadie esperaba esto de Tiger Woods", acotó. "Ahora que le sucedió esto a él, la gente no se muestra indiferente. El desencanto es mucho más grande".

Steve Elling, reportero de CBSSports.com, escribió la semana pasada que los aficionados y los periodistas, él incluido, habían sido medio inocentes al colocar a Woods en un pedestal tan alto.

"Sabíamos que hay que tomarse la admiración por una figura pública con un granito de sal. Con Woods, nos tragamos el salero entero", manifestó Elling. Añadió que "nunca más" volverá a caer.

Woods, un golfista que no tiene rivales, había logrado ser visto como algo más que un golfista: era un hijo que veneraba a sus padres, un hombre con conciencia cívica que creó una fundación para niños de bajos recursos, un padre devoto que había dicho que jugaría menos al golf para poder pasar más tiempo con sus dos hijos pequeños.

En realidad nunca fue una persona abocada a defender causas sociales y de vez en cuando se le escapa algún gesto grosero o de intemperancia. Pero siempre ha dicho que acepta la responsabilidad de ser un ejemplo para otros.

"Considero un honor ser visto como un ejemplo", declaró en un reportaje del semanario Business Week en 1997. "Uno puede influir positivamente en la vida de otra persona".

Teitelbaum dijo que Woods lo estaba haciendo.

"Era una figura ejemplar, sin duda", señaló. "La afición, sobre todo los chicos, se mueren por tener alguien a quien emular. Era el ídolo deportivo por excelencia".

"Cuando uno alcanza ese nivel, la gente lo adora en forma incondicional, siempre y cuando siga rindiendo", dijo Teitelbaum. "Pero esto conlleva la responsabilidad de ser muy cuidadoso con lo que uno hace, ser transparente y, si pasa algo, dar la cara".

El enorme desencanto con Woods es palpable. Según Zeta Buzz, que analiza los blogs y los comentarios en la internet, las referencias a Woods en la web eran en un 91% positivas antes de que saliesen a la luz sus infidelidades y para el jueves de esta semana esa cifra había caído al 57%.

El propietario de un portal para gente joven llamado Role Models (Figuras ejemplares) dijo que había recibido una cantidad de mensajes con críticas por haber hecho un comentario positivo sobre Woods.

"No, no debe ser considerado un ejemplo a seguir", sostuvo Lamar Brantley, de Sarasota, Florida. "Pero ha hecho muchas cosas buenas con su fundación".

Acotó que el caso de Woods debería estimular a las familias para que hablen sobre el tema con sus hijos.

Joe Kelly, fundador de una agrupación de alcance nacional llamada Dads and Daughters (Padres e hijas), dijo que es importante "hacerle saber (a los hijos) que las figuras ejemplares tienen también defectos y pueden defraudarlo a uno de vez en cuando".

Hay quienes piensan que Woods de redimirá.

"Tiene una disciplina extraordinaria", manifestó Dan Doyle, director del Instituto de Deportes Internacionales de la Universidad de Rhode Island. "Sospecho que Woods nunca volverá a cometer un error como éste".

"El que haya cometido un error grande no quiere decir que no pueda tener un gran impacto en la sociedad y en la juventud en el futuro. La gente le dará una nueva oportunidad y el no la desaprovechará", opinó.

 

AP