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Luis Alberto Moreno, presidente del BID | Foto: Archivo Semana

Ecología

Visto bueno a proyecto de conservación de biodiversidad

La Secretaria Ejecutiva del Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés) y el Directorio Ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobaron el proyecto “Conservación de la Biodiversidad en las Zonas de Cultivos de Palma”.

28 de abril de 2012

El valor total del proyecto asciende a US$18,58 millones, de los cuales US$4,25 millones provienen de los recursos del GEF, que administra el BID, y los restantes US$14,33 millones los aportará Fedepalma y sus socios como contrapartida local.

El proyecto, que será ejecutado por la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), busca contribuir a la conservación de la biodiversidad y a un manejo sostenible de los sistemas palmeros mediante una mejor planificación y adopción de prácticas agroecológicas en zonas de expansión de la actividad palmera.

El territorio colombiano comprende una gama de sistemas ecológicos, climáticos y bióticos raramente encontrada en otros países y se calcula que Colombia alberga cerca del 14% de la biodiversidad mundial. A pesar de su reconocida riqueza, la pérdida de ecosistemas naturales aumenta de forma acelerada, principalmente por su transformación hacia usos agropecuarios.

En el caso de la palma de aceite, Colombia ha experimentado una acelerada expansión en las últimas dos décadas, pasando de 111.380 hectáreas sembradas en 1990 a 156.070 hectáreas en 2000, y 403.684 hectáreas en 2010, según datos del Sistema de Información Estadística del Sector Palmero (SISPA). Actualmente, el cultivo de palma es el tercero más importante en extensión en Colombia, después de rubros agrícolas tradicionales como el café y banano, cuya extensión equivale a 914.000 y 713.658 hectáreas respectivamente.

El proyecto pretende generar conocimientos, herramientas metodológicas específicas y capacidad técnica mediante el fortalecimiento de los procesos de planificación de la expansión del cultivo y manejo integrado de ecosistemas; la introducción de herramientas y prácticas para facilitar la conservación y provisión de servicios ambientales; así como la promoción de usos y mercados alternativos de la agro-biodiversidad. Para esto, el proyecto se enfocará en las zonas Norte y Oriente del país, donde se espera mayor expansión de la palmicultura y donde se pueden obtener lecciones aprendidas.

Al finalizar el proyecto en 2017, se espera una reducción en el porcentaje de nuevas áreas bajo cultivo de palma que han desplazado Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC); un aumento en la extensión de AAVC en los núcleos palmeros que están legalmente protegidas y bajo un manejo de conservación (protección y restauración).