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Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia e Iván Duque Márquez, presidente de Colombia. | Foto: AFP

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Vuelve Uribe con sus propuestas heterodoxas y se acerca la tributaria

El senador Álvaro Uribe Vélez anunció desde las elecciones que su partido aumentaría los salarios y disminuiría los impuestos. Con el anuncio del proyecto para subir el salario mínimo extraordinariamente, parece inminente también la llegada de la reforma tributaria.

22 de agosto de 2018

Mientras el mundo, y los mismo venezolanos, tratan de entender los efectos del nuevo paquete de medidas económicas decretadas por Nicolás Maduro, que incluyen una nueva moneda con 5 ceros menos y el tercer incremento del salario mínimo durante este año, en Colombia se radicó en el Congreso un proyecto de ley que también propone un incremento extraordinario del salario mínimo.

La propuesta la radicó el senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, con carta al presidente del Congreso, Ernesto Macías, y como cumplimiento a una de sus promesas de campaña durante la candidatura de Iván Duque: más salario y menos impuestos.

El proyecto de ley, que reveló Blu Radio, señala que el incremento del salario mínimo se realizaría una única vez durante este año y tendrá que incluir el respectivo aporte a seguridad social y cesantías. En este último caso, además debe decretarse el tiempo mínimo que deben permanecer los recursos en el fondo de cesantías.

Además, el incremento extraordinario, que tendrá que presentarse ante la Comisión Permanente de Concertación del Salario Mínimo que preside el Ministerio de Trabajo, tendrá que acompañarse de medidas jurídicas y tributarias para que no resulte en un incremento de la inflación.

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Como es conocido, el incremento del salario es uno de los componentes inflacionarios que más tarda en diluirse en la economía colombiana y el país ya lo ha vivido en ocasiones anteriores. Basta no más con recordar  el gobierno de Guillermo León Valencia, cuya nieta es la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia. El presidente de ese entonces, al mejor estilo de la Venezuela actual, decretó una devaluación del peso que se acompañó de un incremento salarial para ajustar las cuentas externas y mejorar la situación fiscal del país. El resultado fue un pico en la inflación que terminó por “absorber” todo el incremento salarial de los colombianos y hacer más difícil la situación financiera del país en ese momento.

Por esta razón, apostar por un incremento salarial adicional por la vía de decreto necesita mucho análisis. Otro ejemplo de lo delicado que incrementar el salario por vía administrativa se dio hace unos pocos años. Con la caída de los precios internacionales del petróleo y el fenómeno de El Niño, dicho indicador aumentó rápidamente y la discusión se pasó también a la negociación del salario mínimo, que por ley debe decidirse antes del 31 de diciembre de cada año.

Finalmente, el incremento del salario mínimo estuvo cerca del valor proyectado de la inflación para ese año más un punto porcentual, el incremento mínimo al que obliga la ley colombiana. Y aún así, el Banco de la República mantuvo el efecto del aumento salarial dentro de sus variables de preocupación durante su labor de vigilar a la inflación.

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Por el momento, no se conoce si el proyecto de ley del líder natural del Centro Democrático contará con el apoyo de alguno de los ministros del nuevo gobierno, una condición necesaria para que el proyecto sea sancionado por la Presidencia de la República después de su aprobación en Senado y Cámara de Representantes.

Pero la llegada del proyecto de ley para aumentar el salario mínimo por segunda vez este año trae otra señal: la proximidad de la reforma tributaria.

El partido político de Iván Duque tuvo como una de sus banderas de campaña la promesa de aumentar el salario y disminuir los impuestos. Además, el mismo proyecto de ley pide las medidas tributarias “necesarias” para no generar un brote inflacionario.

Y si bien la promesa era disminuirle los impuestos a los colombianos, casi tan pronto como se supo que el ministro de Hacienda sería Alberto Carrasquilla, se empezó a discutir una reforma tributaria de la que el mismo ministro ha dado señas de una disminución de impuestos para las empresas y una mayor progresividad para la renta de personas naturales.

El Ministerio de Hacienda tendría el proyecto de reforma tributaria en los últimos ajustes y a la espera de la concertación del mismo con los demás ministros del gabinete y el presidente Iván Duque, ya que Carrasquilla ha señalado que se requiere la unidad del equipo de gobierno para la aprobación del mismo.

Para Mario Valencia, director de Cedetrabajo, “el proyecto no es para subir el salario, sino para otorgar facultades extraordinarias al presidente para que lo considere. Pero, además, hace la precisión de que este aumento no debe tener ningún impacto en los indicadores económicos del país, es decir, que en la práctica es imposible que ocurra”.

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Valencia advirtió además que “el proyecto del senador Uribe es una cortina de humo para esconder que en la reforma tributaria de Carrasquilla, su ex ministro y actual ministro de Hacienda, sí se va a afectar el bolsillo de los hogares, por la vía de aumentar la base de productos gravados con IVA y el aumento del impuesto de renta”.

Heterodoxia comprobada

No es la primera vez que el senador Álvaro Uribe Vélez presenta propuesta sobre temas económicos, que son poco ortodoxas.

En 2003, cumpliendo apenas unos meses en la Presidencia de la República, el ahora senador Álvaro Uribe Vélez demostró su preocupación por la revaluación del peso y emitió un comunicado en el que le pedía al Banco de la República “garantizar una tasa de cambio competitiva”. Es decir, intervenir el tipo de cambio.

La petición, como era de esperarse, generó debate y la oposición del Banco de la República que desde 1999 había levantado la banda cambiaria como una de las condiciones del Fondo Monetario Internacional para otorgarle a Colombia el paquete de medidas que le ayudaron a superar la crisis financiera de ese momento. La situación llegó hasta tal punto, que en el segundo semestre de 2004, el Presidente tuvo listo un decreto para fijar el precio del dólar en la economía colombiana; una medida que habría traído enormes problemas. Cabe recordar que la intervención del mercado cambiario por la vía de decreto fue una de las muchas decisiones que llevaron a la debacle a la economía venezolana.

El entonces presidente Uribe ya había pedido al Banco de la República que este le vendiera al Gobierno parte de sus reservas internacionales para poder efectuar un prepago de deuda pública externa.

En ese momento, la reservas internacionales del país llegaban a US$10.236 millones y con Roberto Junguito como ministro de Hacienda, se dio el debate que resultó en un estudio del Banco de la República para venderle parte de sus reservas al Gobierno, operación que por fortuna nunca llegó a realizarse.

Claramente, la jugada del Centro Democrático va a contar con mucho apoyo popular, pero es necesario mucho análisis para impedir que en esta movida, nos salga a todos el tiro por la culata.

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