Home

País

Artículo

PUERTOS

Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura está en medio de un nuevo conflicto

Una asamblea extraordinaria del puerto que busca darle ‘golpe de estado’ a la actual administración está programada para este viernes.

22 de mayo de 2020

Un aviso sorprendente apareció el pasado domingo 10 de mayo en las páginas de El Tiempo. Se trataba de la convocatoria a una asamblea extraordinaria, que organizó un grupo de accionistas de la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura (SPRBUN).

La asamblea, que se desarrollará de forma virtual, está programada para este viernes 22 de mayo. Por medio de esta, los accionistas buscan “ejercer una acción social de responsabilidad” con el objetivo de cambiar la administración de la empresa, a causa de irregularidades en su manejo.

La convocatoria estaba firmada por el alcalde de Buenaventura, Víctor Hugo Vidal; Álvaro Rodríguez Acosta, representante de Inversiones Ventura Group, Grupo Portuario y OPP Graneles, y Juan Carlos Henao, representante legal de Harinera del Valle, Ingenio María Luisa, Portagraneles, Inversiones Chondular y Consultorías de Inversiones.

Estas empresas van tras ‘un golpe de estado’ a la actual administración de la SPRBUN por presuntas irregularidades. Los miembros de la junta directiva, Manuel Parody, Rudolf Hommes y Eduardo Urdaneta Wiesner, que representan parte de la administración, interpusieron una acción de tutela, alegando violación a los derechos fundamentales del trabajo, el buen nombre y el debido proceso. Una de ellas negó la medida cautelar que significaba suspender la asamblea.

Una de las motivaciones para citar a esta asamblea es, según aseguran los convocantes, la deficiente administración de la Empresa, que ha generado un detrimento financiero: en 2019 se reportó una disminución del 50 % de las utilidades y pérdidas por $7.000 millones. El año pasado, el acta de la asamblea fue impugnada por los accionistas ante la Superintendencia de Sociedades, recurrida por la Sociedad Portuaria y ratificada en enero de este año.

Este nuevo hecho alrededor de la convocatoria de la asamblea virtual es otro capítulo de un largo conflicto entre socios y operadores del puerto de Buenaventura, que representa casi el 50 % del movimiento de carga del país, y en donde participan la Alcaldía de Buenaventura, la Nación y más de mil accionistas.

Como lo ha reportado Dinero (Edición 566), tres situaciones son determinantes en los conflictos internos entre los socios, un grupo de ellos liderado por Parody y otro en el que la cabeza visible es Rodríguez, de Ventura Group. La primera situación es la compra de acciones, en 2014, del Terminal Especializado de Contenedores (Tecsa), que iba a integrar esa operación y de la que harían parte los operadores que prestaban servicio al puerto. Aunque ya tenía el control de Tecsa, con el 52 %, la SPRBUN decidió comprar un 24 % adicional a US$27,56 por acción, cuando el precio estaba en US$15,46. La operación ascendió a casi US$30 millones y luego adquirió otro 24 %, que llevó a un endeudamiento de más de $78.000 millones. La operación representaba la compra de participaciones de algunas sociedades en las que tenía participación Manuel Parody, miembro de la junta de la SPRB. Esto generó un conflicto de intereses que no fue informado.

El segundo hecho radica en las discusiones que representa la prestación de servicios portuarios, pues, al parecer, hay prácticas restrictivas de la competencia hacia los operadores, que son investigadas por la Superintendencia de Industria y Comercio. Y el tercero es el interés de la SPRBUN en modificar los alcances del contrato de concesión ante la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), pero con prácticas que, se cree, fueron en contra de los procesos normales.

Toda esta discusión se da en un momento crítico para el comercio internacional: la caída de la demanda en el mundo por cuenta del coronavirus, que llevará a decrecimientos en la economía e implicará un proceso de recuperación, cuya duración es todavía desconocida. A esto se suman condiciones más específicas: la transformación del negocio de carga, por un lado, y las dificultades que afronta hoy el puerto por sus limitaciones en la profundidad (tiene apenas 15 metros), que no permitirían el acceso a buques de gran calado, por el otro. Además, está la competencia regional, por ejemplo en Ecuador, que se estaría llevando algunos de los negocios. Son tiempos difíciles para uno de los puertos más emblemáticos del país.